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Ingresando al portal

Ian se cruzó de brazos, pensativo. Las palabras de Tarek eran un recordatorio de lo complicado que podía ser este tipo de expediciones. No solo estaba el entorno hostil, sino también la competencia. Cualquier signo de debilidad sería explotado, y no podía permitirse estar desprevenido.

"Tienes razón, Tarek," dijo Ian con firmeza. "Nos prepararemos adecuadamente. Comprare pociones o artefactos que me permitan respirar bajo el agua, y también objetos que me protejan del frío y la presión. En cuanto a los aventureros, mantendremos un perfil bajo hasta que sea necesario actuar. No me interesa quedarme más de lo necesario en ese lugar, pero no me iré sin aprovechar al máximo esta oportunidad."

Tres días después, justo como lo esperaba, Ian sintió una vibració en su muñeca. El brazalete emitía una suave luz azul y una notificación holográfica apareció frente a él: "El portal al nuevo mundo está listo. Dirígete a la base de operaciones militar en la Zona Este." Era la señal que había estado esperando.

Ian se preparó rápidamente y salió de su alojamiento en la ciudad imperial. La vastedad del lugar le impresionaba cada vez más, pero en este momento, su mente estaba completamente enfocada en la misión que tenía por delante. Siguiendo las indicaciones del brazalete, se dirigió a la estación más cercana, donde tomó un tren de levitación mágica. Estos trenes, impulsados por energía espiritual, flotaban sobre rieles hechos de un material desconocido que brillaba con un resplandor verde. Mientras el tren avanzaba, Ian pudo ver cómo la ciudad imperial se desvanecía lentamente detrás de él, reemplazada por una vasta extensión de paisajes industriales y militares.

Después de un viaje relativamente corto pero rápido, Ian llegó a su destino. La estación final del tren estaba situada justo en las afueras de lo que parecía una enorme base militar. Las torres de vigilancia se alzaban imponentes, mientras soldados bien equipados patrullaban el perímetro. Una muralla de acero oscuro rodeaba toda la base, y desde las alturas se podía ver el enorme portal que conectaba con el

Nuevo mundo. Parecía un vórtice de energía líquida flotando en el aire, rodeado de complejos mecanismos que regulaban su estabilidad. Ian sintió una leve presión en el pecho solo al mirarlo, una clara señal de la gran cantidad de energía espiritual que emanaba.

En la entrada de la base, un funcionario militar lo recibió. Vestido con una armadura ligera pero con un aire autoritario, el hombre no perdió tiempo en dar las instrucciones necesarias:

"Bienvenido, aventurero. Si estás aquí, es porque ya has sido registrado para la misión. Dirígete a la zona de reunión junto a los otros aventureros. Las instrucciones finales serán dadas pronto. Recuerda que solo los aventureros registrados pueden cruzar el portal.

Ian asintió y siguió las indicaciones. La base era impresionante, llena de equipos tecnológicos avanzados combinados con inscripciones mágicas, algo que demostraba el poder del Imperio. Varios miles aventureros ya se estaban congregando en un área cercana al portal, divididos en equipos y facciones. Cada grupo parecía tener su propia estrategia y objetivos para la expedición.

Ian pasó entre los aventureros. Había de todo tipo de razas: elfos, enanos, seres bestiales y otras criaturas más exóticas. Muchos llevaban armas de grado avanzado o armaduras que brillaban con runas mágicas. El ambiente estaba cargado de tensión y anticipación. A pesar de que muchos aventureros parecían estar interactuando, compartiendo tácticas y formando alianzas, Ian optó por mantenerse al margen. Sabía que su enfoque y preparación individual le daban ventaja en un escenario como este.

Finalmente, Ian llegó a la zona de reunión designada, donde el líder militar encargado de la operación comenzó a hablar a los presentes. Sus palabras eran claras y directas:

"Todos están aquí porque comprenden la magnitud de esto tesorosy oportunidades," dijo haciendo una pausa mientras sus ojos recorrían la sala llena de seres de diferentes razas y facciones. "Ese mundo no es solo un lugar más para explorar. Es un terreno hostil, gobernado por tribus marinas que han estado allí por generaciones. Y no se llevarán bien con nuestra presencia."

El general hizo un gesto hacia un mapa holográfico que se proyectó frente a todos. Se mostraba un vasto océano con pequeñas islas dispersas, marcadas con diferentes colores que representaban las tribus. Las marcas principales indicaban las localizaciones de las ciudades que debían ser capturadas o destruidas.

"El mar está dividido en varias tribus," continuó. "Cada una tiene su propio rey o líder, y no se llevan bien entre sí. Esto podría ser nuestra ventaja, pero también puede significar que, si ven una amenaza lo suficientemente grande, se unan para detenernos."Hizo una pausa para dejar que las palabras calaran en los presentes. Los exploradores han descubierto que la mayoría de los indígenas están en los niveles 3 y 4. Sus guerreros más destacados están en el nivel 5, y los líderes de las tribus están en el nivel 6. No estamos seguros, pero es probable que existan seres aún más poderosos escondidos en las profundidades.

El general ajustó el tono, más grave ahora:

"No les estoy pidiendo que se enfrenten a seres de nivel 5 o 6. Eso será tarea de las unidades especializadas y del ejército imperial. Pero necesitamos que ustedes apoyen a las fuerzas principales, asegurando la captura o destrucción de las diferentes ciudades tribales. Será un trabajo peligroso. Muchas de estas tribus tienen habilidades innatas relacionadas con el agua, lo que les da una ventaja natural en el terreno marino. No subestimen a sus enemigos."

El mapa cambió, mostrando ahora las posibles ubicaciones de recursos clave. Entre las islas y las profundidades del océano, había sitios marcados donde, según la información preliminar, se encontraban recursos valiosos.

"El objetivo final es claro," dijo el general con una mirada decidida. "Capturar ese mundo. Controlar sus recursos y asegurar un nuevo territorio para el imperio. Para ello, necesitaremos la fuerza de todos ustedes. Las reglas ya las conocen: todo lo que encuentren, deben entregar el 50% al imperio. Y no olviden que intentos de ocultar recursos serán castigados.

El general continuó explicando mientras una nueva imagen holográfica se proyectaba en el aire, mostrando varios materiales de interés en el semi plano.

"Uno de los objetivos prioritarios será una almeja especial que produce perlas," señaló, destacando una imagen de una gran almeja incrustada en un arrecife. Estas perlas no solo son solo una fuente de energía que puede ser absorbida suavemente en el cuerpo, sino que también pueden utilizarse en la fabricación de artefactos poderosos y pociones."

A continuación, apareció una representación del coral de sangre, un coral de tono rojizo oscuro.

"El coral de sangre," continuó el general,"es otro recurso clave. Se dice que ayuda a fortalecer el cuerpo y mejorar la constitución física cuando se integra en pociones o se usa en la forja de armas y armaduras le da efectos especiales." También hizo énfasis en otros recursos raros, como algas luminiscentes que podían mejorar las habilidades de ocultación y un tipo de cristal de agua que aumentaba la eficiencia de las técnicas de agua y hielo.

Por supuesto, cualquier otro material raro o exótico que encuentren debe ser informado al imperio. No todo lo que encuentren será para nosotros, pero serán bien recompensados por sus hallazgos.

El general cambió el tono de su discurso, ahora enfocándose en las estrategias.

"Ahora, vamos a dividirnos en grupos," anunció, su tono volviéndose más práctico. "Cada grupo se encargará de atacar o capturar una de las ciudades submarinas. No lo olviden, estas ciudades no están aisladas, algunas tribus podrían intentar unirse para hacer frente a nuestra invasión, así que debemos actuar con rapidez y coordinación."