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Dorchadas álainn - español

La muerte de su familia la marcó, le obligó a cerrar el corazón. Un poder nuevo, sombrío y peligroso, la alejó de todos. Una nueva responsabilidad la hizo madurar de golpe. Ciara aprendió a controlarlo todo. Pero, la vida es impredecible, el destino no se puede manejar y el amor no se puede suprimir. Y eso la pondrá a prueba y a Harry lo pondrá en peligro. ¿Podrá ella luchar con sus peores demonios? ¿Podrá él sobrevivir a su lado? ¿Podrán ellos amarse en paz?

RenaCaride · Fantasía
Sin suficientes valoraciones
4 Chs

Capítulo 1.

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Abrió los ojos extrañada, sin saber qué había sucedido y el doctor le brindó una pequeña sonrisa que no duró mucho en su rostro. </font><font style="vertical-align: inherit;">Su cuerpo se sintió extraño, pesado. </font><font style="vertical-align: inherit;">Su mente procesaba las cosas lentamente y como si fuera un cuenta gotas los recuerdos tardaban en llegar. </font><font style="vertical-align: inherit;">Lo único que sabía con certeza era que se encontró en la habitación de un hospital. </font><font style="vertical-align: inherit;">El olor inconfundible, los pitidos de las máquinas y la decoración formal y fría eran características.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">-Tranquila, tuvo que sedarte, tu cuerpo está respondiendo de formas extrañas y estamos estudiando si son consecuencias del accidente. - Explicó el hombre mientras revisaba las máquinas que sonaban a su lado. </font><font style="vertical-align: inherit;">- Una enfermera corroborará tus datos y te pedirá algunos que faltan. </font><font style="vertical-align: inherit;">¿Cómo estás? - El doctor la miraba con curiosidad, no podía creer lo que había sucedido con esa niña.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">-¿Y mis padres? - Preguntó algo angustiada, tenía una sensación horrible y la mirada del doctor no reflejaba nada bueno.- ¿Y mi familia? - Insistió.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">-Calma, de eso sabrás en un rato. </font><font style="vertical-align: inherit;">¿No te duele nada? </font><font style="vertical-align: inherit;">¿Alguna molestia? - Él también volvió a insistir intrigado y Ciara negó con la cabeza, no sintió nada excepto un hoyo en el pecho por la angustia.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">- ¿Recuerdas lo que pasó? </font><font style="vertical-align: inherit;">Eres un milagro niña. </font><font style="vertical-align: inherit;">Saliste expulsada del auto y no tienes ni un solo rasguño.- Su sorpresa era notoria y lo que había sucedido salía de la comprensión del hombre.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Flashbacks de lo sucedido la invadieron. </font><font style="vertical-align: inherit;">El viaje hacia Londres, la carretera, la luz y el impacto. </font><font style="vertical-align: inherit;">Cerró sus puños y un frío gélido la invadió. </font><font style="vertical-align: inherit;">Tenía un mal presentimiento y eso la llenaba de angustia. </font><font style="vertical-align: inherit;">Sabía que algo les había pasado pero aún tenía un pequeño rayo de esperanza que los imaginaba esperando en el pasillo. </font><font style="vertical-align: inherit;">Su padre preocupado caminando de un lado a otro porque su pequeña estaba conectada a todos esos cables. </font><font style="vertical-align: inherit;">La madre asustada, sentada junto a Freddie con sus brazos alrededor de él rezando para que no tuviese nada. </font><font style="vertical-align: inherit;">Podía ser una situación parecida a cuando se quebró la pierna al escalar un árbol cuando apenas tenía 9 años pero había algo que faltaba. </font><font style="vertical-align: inherit;">Ella notaba su ausencia. </font></font>

Su vista se volvió borrosa por culpa de las lágrimas pero podía ver como la camilla en la que reposaba se cubría de un líquido espeso y negro. El doctor corrió hacia la puerta aterrado y desapareció. Por dentro y mezclado con el dolor de su pérdida, se preguntaba ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué el doctor no la ayudaba? ¿Dónde estaban sus padres? ¿Y Freddie? Necesitaba verlos. Ella también estaba aterrada, el líquido salía de sus manos a borbotones y ahora bañaba el suelo. ¿Qué era eso? ¿Y si era ella la que no había logrado sobrevivir? ¿Y si así era la bienvenida en el infierno? No, ella sentía su corazón acelerado y podía asegurar que estaba viva o eso creía. Toda la habitación estaba manchada y todo venía de sus manos. Las levantó examinándolas. Quería convencerse de que eran las drogas que le habían dado pero su intuición le decía que estaba ocurriendo algo mucho más grande e irreal. Y acababa de comenzar.

-¡Ayuda!- Gritó desesperada. -¡Por favor!-

-Shhhh, no llames más la atención.- Una voz decrépita habló, abriéndose paso entre la sustancia.

Una anciana pequeña de cabellos grises la tomó del brazo con delicadeza y con la otra mano le limpió las lágrimas. Su visión se aclaró y pudo ver mejor la habitación. El suelo, antes blanco, ahora era totalmente negro. Esa sustancia viscosa, similar al alquitrán, no paraba de salir de sus manos y empezaba a trepar las paredes. No podía evitar que sus ojos se empezaran a llenar otra vez de lágrimas. Todo su cuerpo, cada célula estaba inundada de un oscuro miedo.

-Cálmate.- La mujer puso su mano en el pecho agitado de Ciara.

-¿Qué me está pasando?- Preguntó espantada.

-No te puedo explicar ahora pero confía en mí.- Miró la puerta rápidamente. - Necesito que respires hondo y pienses en esta habitación limpia otra vez, sin ningún rastro de esto.- La anciana actuaba con gran determinación. Tenían que salir de la habitación antes de que los doctores y enfermeras invadieran la habitación.

-¿Qué?- Ciara no entendía lo que la mujer le pedía. Ella había pensado que se trataba de una enfermera.

-Niña, no tenemos todo el día, apúrate.- Ella la miró con firmeza, algo le decía que tenía que obedecer.

Asintió con la cabeza y cerró los ojos. Obedeció desesperada a lo que había dicho esa misteriosa mujer y respiró hondo. Pensó en la habitación blanca, como lo estaba antes. En que todo había sido una loca alucinación o un mal sueño. Imaginó sus manos limpias y cálidas, libres de cualquier materia. En ese momento, sintió como el frío empezaba a abandonar la habitación. Volvió a respirar hondo otra vez y sintió como las luces titilaban por un momento. Seguía con los ojos cerrados tratando de contenerse y de convencerse de que eso iba a funcionar o mejor, que todo había sido producto de su imaginación.

-Ya puedes abrir los ojos.- Dijo dulcemente la anciana.- Ahora, vístete.- Dejó un pequeño bolso en los pies de la cama y se dirigió a la puerta para vigilar.

-¿Qué?- Aunque estaba un poco más tranquila su confusión no dejaba de crecer.

-Que te vistas.- Volvió a repetir desde la puerta. -Tenemos que salir rápido de aquí.- No la miraba, estaba ocupada observando el movimiento de los dos extremos del pasillo.

La mujer había hechizado la habitación para que nadie la recordara pero no duraría mucho el efecto. Miró la habitación sorprendida, estaba limpia otra vez y sin ningún rastro de esa sustancia oscura. Su cabeza trataba de maquinar todo lo sucedido pero seguía un poco atontada por los medicamentos. Sus manos aún estaban conectadas a las máquinas y en ellas se podía notar algo de suciedad. Su ritmo cardiaco era increíblemente rápido según el monitor. Apartó la mirada del aparato y tratando de controlarse se quitó todos los cables y el suero. Miró el bolso a los pies de la camilla y no lo dudó. Algo hacía que quisiera confiar en esa mujer. Ella sabía lo que le sucedía y Ciara necesitaba averiguarlo. Comenzaba a vestirse cuando algo la detuvo, aún no sabía nada de sus padres.

-Pero, no me puedo ir así. ¿Qué pasará con mis padres y mi hermano? Estoy internada, no puedo dejar el hospital.- El pecho le pesaba y se sentía rara.

- Si no nos vamos ahora, serás un conejillo de indias para los científicos y saldrás en las noticias porque nunca encontrarán una buena razón para explicar qué es lo que te sucede. Además... Tu familia está en buenas manos pero no puedes verla ahora.-La anciana necesitaba sacarla de ese lugar lo más rápido posible y eso implicaba alguna que otra mentira piadosa. -Vamos, vístete.-

Respiró hondo, su cuerpo parecía de plomo y su cabeza pensaba en demasiadas cosas, estaba abrumada. Le preocupaba su familia, dejarlos allí e irse con una anciana que no conocía. Necesitaba respuestas y su intuición le gritaba que fuera con ella. Abrió el bolso y sacó la ropa. Algunas lágrimas aún lograban escapar. Su familia no estaba pero le daba miedo preguntar por ella. Estaba segura de lo que había ocurrido pero no quería escucharlo, no quería caer en que era real.

-¿Cómo sé que puedo confiar en ti?- Preguntó acercándose a la mujer.

-Porque soy la única que puede ayudarte con lo que te paso.-

-Pero... ¿Por qué los médicos no pueden ayudarme?- Su cabeza no despejaba dudas sino que creaba nuevas.

-Esto va más allá de los conocimientos médicos y la ciencia.- Esta vez la miró y antes de salir de la habitación, la mujer empezó a orar en un idioma que Ciara no había escuchado nunca pero que lograba comprender.

Luego de terminar la oración, la habitación empezó a cambiar de a poco. Todo volvía a su lugar, la cama se encontraba armada, los aparatos apagados y la carpeta donde se encontraba toda su información, en blanco. Ciara tenía sus grandes ojos azules bien abiertos y no creía lo que había visto. Su cabeza no podía procesar lo que había observado y comenzaba a convencerse de su locura. La anciana la llamó por su nombre al verla tan estupefacta por lo sucedido. Otra pregunta más se sumó a este gran misterio, ¿Cómo sabía su nombre?

-¿Qué...- Estaba atónita.

-Tranquila niña, sólo borré todo rastro tuyo del hospital.- La mujer actuaba con total normalidad y le restó importancia a lo ocurrido. - Vamos antes de que llegue el doctor y nos encuentre aquí.-

-Pero, ¿Cómo me encontrará mi familia?- Ciara aún no comenzaba a caminar cuando su mente y corazón la llevaron hacia ellos.

-Tú los encontrarás primero.- Todo el misterio que traía consigo la mujer cautivaron a Ciara que decidió seguirla.

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Caminaban por el pasillo, como si nada hubo ocurrido. </font><font style="vertical-align: inherit;">Ciara estaba completamente tensa y era un caos de emociones. </font><font style="vertical-align: inherit;">Ella sintió que todo el hospital la miraba de manera sospechosa. </font><font style="vertical-align: inherit;">Abrazó su cuerpo tratando de esconder sus manos que comenzaban a oscurecerse otra vez. </font><font style="vertical-align: inherit;">Era como si ellos supieran que estaba escapando. </font><font style="vertical-align: inherit;">La anciana caminaba tranquila y no parecía notar las miradas. </font><font style="vertical-align: inherit;">Al doblar por el pasillo el doctor y las dos mujeres se encontraron frente a frente. </font><font style="vertical-align: inherit;">El médico estaba desconcertado. </font><font style="vertical-align: inherit;">Había mandado a un grupo de enfermeras y doctores a controlar a su paciente pero ella estaba parada frente a él como si no hubiera ocurrido nada pero eso no era lo más extraño para él. </font><font style="vertical-align: inherit;">Lo peor era que podía jurar que cuando salió de esa habitación la joven estaba envuelta en un líquido oscuro que manchaba todo a su paso.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">-¿Qué hace aquí señorita Hodel? - Preguntó tratando de esconder el miedo que le provocaba la situación.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">-Olvidarás que ella estuvo aquí, borrarás su historial médico y seguirás con tu vida. </font><font style="vertical-align: inherit;">Ciara Hodel nunca estuvo en este hospital.- Con voz firme, la anciana se acercó al Doctor y lo miró fijo.</font></font>

Los ojos del hombre se volvieron más oscuros y brillaron por un momento. El doctor asintió y se alejó caminando, como si no hubiese pasado nada. Ciara comenzaba a sospechar que ocurría aquí. La mujer era bruja, era la única explicación que se le ocurría. Continuaron su camino hacia la salida en silencio pero a Ciara le picaba la lengua de tantas preguntas que quería hacer. No sabía nada de la anciana, no sabía a dónde irían, ni siquiera sabía dónde estaba. Respiraba hondo con cada paso, asustada de que ocurriese lo mismo que en la habitación. El silencio entre ellas creaba una burbuja que parecía dejar afuera todo el bullicio del hospital pero no lo aguantó ni un minuto más.

-¿Qué eres?- Preguntó mientras salían del hospital.

-Te contaré cuando lleguemos a casa.- La anciana le brindó una sonrisa y se encaminó a un antiguo auto rojo.

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Neoma la llevó a casa y se quedó con ella, enseñándole y cuidandola. </font><font style="vertical-align: inherit;">La consoló cuando porfin supo sobre la muerte de su familia. </font><font style="vertical-align: inherit;">Con paciencia, le explicado y cada uno respondió una de sus dudas. </font><font style="vertical-align: inherit;">La anciana resultó ser una bruja, una de las últimas druidas que quedaban. </font><font style="vertical-align: inherit;">Y lo que ocurrió con Ciara era obra de la diosa Morgana, la cual le había salvado la vida pero con un gran costo. </font><font style="vertical-align: inherit;">Esa diosa, también le había dejado un don poderoso y peligroso que tenía un propósito. </font><font style="vertical-align: inherit;">Ciara podía controlar todo el reino oscuro y eso que había sucedido en el hospital era solo una pequeña parte de lo que podía hacer. </font><font style="vertical-align: inherit;">La bruja le enseñó a controlarlo ya usarlo correctamente. </font><font style="vertical-align: inherit;">No era para nada positivo todo lo que acarreaban esos dones. </font><font style="vertical-align: inherit;">La oscuridad traía destrucción, muerte y sufrimiento. </font><font style="vertical-align: inherit;">Lamentablemente, </font><font style="vertical-align: inherit;">Morgana había tenido que negociar por su vida con las bestias de Carman que la había reclamado como suya. </font><font style="vertical-align: inherit;">Tendría que convivir con esos secretos y peligros para toda la vida.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;"> Con el tiempo, el dolor de la muerte de su familia disminuyó y con 25 años, luego de una preparación intensiva y un semblante completamente cambiado a lo que era, comenzó a liderar la empresa que le pertenecía. </font><font style="vertical-align: inherit;">Su vida se había tornado solitaria, solo se ocupaba de la editorial, no quería defraudar a sus padres. </font><font style="vertical-align: inherit;">Esa empresa era el legado de su abuelo y ahora de su padre, no podía fallar. </font><font style="vertical-align: inherit;">Tenía que demostrar templanza y responsabilidad, hacer que la empresa creciera como lo había hecho con su padre. </font><font style="vertical-align: inherit;">Pero, mientras que la empresa despegaba y sus acciones subían, ella se alejaba de cualquier persona que quisiera entrar en su vida. </font><font style="vertical-align: inherit;">Y lo hacía para protegerlas y protegerse de sí misma a causa de su don, que era controladora por sus emociones. </font><font style="vertical-align: inherit;">De esa forma, aislada de todos, sus emociones no eran demasiadas y podían ser controladas.</font></font>