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Cómo (supuestamente) sobrevivir a un apocalipsis zombie [Completada]

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería vivir un apocalipsis zombie? Yo no, y me arrepiento, porque es lo que estoy viviendo ahora mismo. Acompañame en esta aventura donde mi indiferencia es mi mejor arma para sobrevivir. -Toda esta historia está hecha por el aburrimiento de un tipo (muy guapo por cierto) así que no pidan que escriba HxH aquí. -Se aceptan sugerencias para mejorar en la escritura, pero NO sé aceptan sugerencias para cambiar la historia. -Si estás esperando un harem, romance o un prota psicópata te invito a buscar otro autor, o, ir a tomar un baño con agua fría. -P.D:la imagen de la portada y las series a las que hago referencia no me pertenecen, obviamente.

Grim_Jester · Ciencia y ficción
Sin suficientes valoraciones
45 Chs

Cap especial: Inocencia

Desde que nací hasta los 15 años podía describirme con 4 palabras: Inocente, amable, tímido y tranquilo.

A esta edad, era incluso más indiferente que hoy en día.

Cuando estuve en el jardín de niños no tuve amigos, incluso en aquel tiempo era pésimo en las relaciones sociales.

Además me salté un año, probablemente el año en el que me enseñaban a ser 'normal'.

En primaria pasaron diferentes cosas.

En primer lugar tuve un amigo.

Era un chico gordito y friki (que en aquel entonces era muy raro), incluso usaba lentes.

Pero era un buen amigo.

Aunque siempre me sentaba solo en el recreo, (ya que me gustaba estar perdido en mis pensamientos), él siempre se acercó a mí y me contó las maravillas del mundo friki y gamer.

Aunque yo no tuve nada que agregar debido a mi inexperiencia, él nunca me juzgo, nunca esperó nada a cambio, solo quería a alguien que lo escuchara.

Y así me contó sobre muchas cosas, Creepypastas, God of war, Resident evil, incluso videos de Dross.

Todo con mucha emoción y alegría.

Yo solo escuchaba a todas sus historias con curiosidad y una sonrisa en mi cara.

Las Creepypastas me daban miedo, especialmente la de sonic.exe y tails doll, pero mi curiosidad y deseo de sentir algo aparte de la indiferencia eclipsaban dicho miedo.

Era un gran amigo, mi primer y último amigo.

Además, era lo único que me hacía querer ir a la escuela.

En primaria sufrí mucho mentalmente.

Y no es lo que crees, las que me hicieron sufrir fueron las profesoras.

Siempre creí que me odiaban, o que no era tan inteligente como la niña que siempre tenía una calificación perfecta.

Pero la causa principal de mis notas bajas era mi falta de capacidad artística.

Yo puedo hacer prácticamente cualquier cosa, cocinar, ejercitarme hasta desfallecer, aprender música, entender a la gente, o aprender cualquier cosa en poco tiempo.

Pero mi habilidad artística es 0.

Incluso mi caligrafía es horrible.

Y era por eso que siempre tenía pésimas calificaciones.

No porque mi entendimiento estaba mal, sino porque mis dibujos no eran bonitos.

Solo había un profesor que era bueno conmigo.

El profesor de matemáticas.

Siempre me decía que era el mejor de mi clase, incluso cuando no tenía la mejor calificación.

Eso ayudó un poco a mi casi inexistente confianza.

Tal vez por eso quise ser un ingeniero.

Siempre fui alguien extraño, incluso yo mismo me considero así.

Nunca tuve una conversación de más de 5 minutos con el resto de mis compañeros.

Algunos incluso me molestaban verbalmente, pero al ver que mi expresión nunca salió de aburrimiento se dieron por vencidos rápidamente.

Aun así siempre fui un llorón.

Lloraba por casi cualquier cosa, el más mínimo daño físico me hacía llorar.

Era completamente incapaz de parar mis lágrimas cuando empezaba a llorar.

Además de eso, lo único que hacía era perderme en mis pensamientos.

Un día descubrí las mentiras.

Al principio creí que era una forma de entretener a las personas con historias inventadas por tí mismo.

Pero luego me di cuenta de su verdadero propósito.

Si se usaban de forma correcta, las personas harían cualquier cosa que quisieras.

Aun así yo nunca las usé para hacerle daño a los demás.

Solo quería que no me hicieran daño a mí.

Por eso siempre mentía para no ir a la escuela.

Pero luego de un tiempo dejaron de creerme y tuve que aceptar mi destino.

Siempre admiré a las personas que hacían reír a los demás con sus ocurrencias, me hacía feliz ver como las demás personas compartían de forma tan amena.

Por eso siempre me gustó el humor, excepto cuando las personas se humillan a sí mismas.

Luego empezó la secundaria y fue más de lo mismo.

Cuando tenía solo 5 años me di cuenta de que algún día iba a morir, junto con todas las personas que conocía.

Y a los 14 tuve una de esas dudas existenciales sobre el porqué existo y cuál es mi propósito.

Eso solo duró una semana, luego me dije a mi mismo, '¿sabes que?, a quién le importa'.

En ese entonces me di cuenta de que podría vivir 80 años sin tener un propósito o rumbo y estaría completamente bien.

Recuerdo cierta conversación con un compañero de clase.

Yo siempre lo veía humillarse y hacer cosas que él no quería por la atención de otros.

Y cuando le pregunté por qué lo hacía él solo me dijo 'porque de otra forma no me prestarían atención'.

¿En serio se humillaba a sí mismo solo por atención?.

No tiene sentido.

Desde ese día me prometí a mi mismo que siempre sería honesto con quien soy y con mi opinión hacia cualquier tema.

Y luego, a los 15 años me cambiaron de escuela.

Si fuese igual de inocente que en el pasado estaría muerto, incluso sin la necesidad de un apocalipsis zombie.