Habían visto a gente domar bestias, humanos y artefactos antes, pero era la primera vez en sus largas vidas que veían a alguien domar una tribulación de relámpagos.
El Soberano Chen Yong, el Sabio Ancestral Mo Ling, el Sabio Ancestral Todo Fuego, y todos los demás se quedaron sin palabras.
La escena que se desarrollaba ante sus ojos era tan alucinante que los lados racionales de sus mentes se habían apagado por completo.
El rayo siempre había sido una representación de la furiosa retribución de los cielos. Servía para castigar a los arrogantes aprendices que se atrevían a desafiar el destino e intentar alcanzar algo más allá de lo que eran. Sin embargo, en ese momento, ¡estaba realmente atendiendo las órdenes de un mero aprendiz!
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