Xia Ling exhaló con un aliento fragante, sus palabras teñidas de una ingenuidad juguetona.
Long Chen la miró, un poco emocionado.
—Sospecho que estás insinuando algo, pero no tengo pruebas —bromeó Long Chen.
Xia Ling le lanzó una mirada a Long Chen —¿Esto es lo que llamas insinuar? Creo que ni siquiera se puede llamar insinuación, sino una pista explícita.
—¿En serio? Bueno, en otra ocasión entonces, tengo cosas que hacer, debo irme.
Long Chen planeó hacer una salida rápida.
Xia Ling agarró ansiosamente a Long Chen, suplicando lastimeramente —¿Quieres huir de nuevo, no puedes simplemente no irte? La Familia Nangong y la Familia Yang nos están observando como tigres, quién sabe cuándo podrían atacar, ¿puedes soportar dejarme sola para enfrentar esta tormenta?
—Yo soy la tormenta aquí, ¿estás dispuesta a enfrentar mi tormenta? —Si es tu tormenta, entonces la acepto con gusto —parpadeó sus ojos seductores Xia Ling.
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