—Lo siento, señora, pero no podemos extender su línea de crédito hasta que no esté al día con los cargos por sobregiro —dijo la oficial del banco al teléfono—, y casi lancé mi móvil contra la pared.
—Esto es solo un malentendido. Podré pagar todo el próximo mes, como siempre lo he hecho —dije, luchando por mantener la paciencia.
—Me temo que no hay nada que pueda hacer —dijo ella—, y de inmediato colgué.
Agarré la almohada más cercana y grité en ella.
Maldita Lauren y sus tonterías neohippies.
Sabía que algo andaba mal con ella desde que su plan con Blaine había fracasado, pero esta vez había ido demasiado lejos.
—Voy al Retiro Espiritual Cósmico en Albuquerque —fue todo lo que dijo—. Algo sobre encontrar su ser y hablar con sus guías espirituales o alguna locura así, dejándome sin forma de pagar las cuentas.
Era absolutamente indignante.
No merecía ser tratada así.
Y parecía que todo se estaba desmoronando efecto dominó.
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