—¿Quién es ese hombre con el que se casó? ¿Cómo se atreve a insultarnos? ¿Y tú, tú lo apoyas? —Sephina estaba furiosa, su ira ahora dirigida a Alberto.
Alberto permaneció callado, eligiendo no participar. —Necesito dormir —murmuró, con la mente ya puesta en salir a escondidas más tarde para visitar a Natalie en vez de malgastar energía discutiendo con su terca esposa. Necesitaba conservar sus fuerzas.
—Siempre la misma excusa cuando quieres evitar mis preguntas —Sephina escupió, frustrada por su silencio.
Sephina se volvió hacia Jay. —¿Cómo se llama su esposo?
Jay se encogió de hombros. —Madre, ni siquiera lo recuerdo. No me molesté en mirar su certificado de matrimonio.
—Aiden Handrix —finalmente habló Clara—. Recuerdo ese nombre. Estaba en su certificado de matrimonio, y también he visto su foto allí.
—¿Aiden Handrix? —repitió Sephina, con los dientes apretados de ira—. Jay, quiero que averigües todo sobre él. De dónde viene, a qué se dedica—todo.
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