Mientras William y Sanya se dirigían hacia la Mansión Lancaster, sonó el teléfono de él, la llamada se conectó a través del altavoz del coche ya que no se había puesto el Bluetooth.
—El jefe no vendrá a la mansión. Está con la señora Lancaster y se dirigen a Pueblo Malibú para que ella pueda relajarse —informó la voz de Tirón desde el otro extremo.
—Ya veo. Está bien, gracias por avisarme, Tirón —respondió William antes de colgar.
Miró a Sanya, con un atisbo de simpatía en su expresión. —Parece que ella aún no está lista para hablar contigo. Honestamente, un tiempo para despejar su mente podría ser justo lo que necesita después de todo lo que sucedió.
Sanya suspiró, asintiendo en silencio. Sabía que era su culpa, tenía que enfrentarse a Rain y disculparse—ya era hora.
—¿A dónde te gustaría ir ahora? ¿Te dejo en algún lugar? —preguntó William.
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