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La pasión de una noche

Kanya regresaría a casa en silencio al sentirse abrumada por los acontecimientos de este día, se pone de pie enfrente de la puerta.

Oh, Kanya, ¿Porqué no entras?, los entrenamientos con Mei seguramente son agotadores, no te preocupes dos días más y serás bien fuerte —Mery le sonríe con aquella actitud cálida y materna, sin dudar la mocosa abraza a la mujer. Su rostro escondido en su abdomen, mientras abraza la espalda de la última.

—Ya veo... no te sientas mal, solo entra que debo contarte o mostrarte algo interesante —Su voz se torno pícara como coqueta al mencionar lo último, la súcubo de piel pálida solo ignora aquello y entra siguiendo desde atrás a la doctora cual se detiene en su dormitorio. 

Allí la muchacha puede ver como escuchar a su maestra cabalgando la polla de a quien consideraba su padre, los gemidos resuenan a través de la habitación al igual que lo hacen los sonidos del trasero de esta rebotando sobre la verga de su ex-maestro quien se encuentra atado a la cama, viendo como ya las sabanas están empapadas con su sudor y semen.

La escena le dejaría paralizada, sin siquiera moverse hasta sentir como las manos de Mery se dirigen a su cintura, y tira hacia abajo para revelar que sus bragas están ya mojadas. La mujer rubia ya desnuda enfrente suyo, acerca su mano derecha a su rostro para tomarle de la mejilla y mirarla a los ojos.

Oh, dulce y querida Kanya, te ves algo abrumada no es así. Porque no dejas que yo me encargue de ti primero, luego podrás jugar con ellos, jeje —Su voz tanto suave como seductora se hacen notar en aquel susurro, percibe como la mano de la fémina joven se dirige peligrosamente a su entrepierna para empezar a acariciar su vagina, incapaz de gemir por unos instantes al recibir un beso en la boca por parte de la adulta. Cuya lengua se entrelaza con la suya, en su necesidad de calmar ese calor cual es producto de su lujuria, con sus dedos introduciéndose en el coño húmedo de la menor —¡a-ah!, ah, M-mery, por favor, más adentro... oh, ¡mmnh~!, ¡Haah!, Mery-sempai.

No tendría miramientos en agacharse para con su lengua comenzar a lamer la entrepierna ya húmeda de la mocosa, con uno de sus dedos metiéndose en su trasero siendo el índice, mientras su otra mano presionaba suavemente el clítoris de Kanya. La demonio ya sonrojada como un tomate, mientras babea al sentir demasiados orgasmos golpear su mente sin control.

Retorciéndose por el placer que envuelve su cuerpo ya caliente por como la mujer jugaba con ella. Presa de la lujuria agarra la cabeza de la adulta, para así sentir como sus jugos de amor se escapan de su vagina llenando la boca de Mery como empapando ligeramente su rostro, la última se relame los labios mientras ve como caen gotas desde el coño de la súcubo al suelo.

La doctora cuyo cabello ahora se encuentra desarreglado, como ojos verdes concentrados en la pequeña delante suyo con cierto placer e interés. Más se detiene, y solo le sonríe de una forma un tanto lasciva, con sus mejillas ya rojas mientras la toma de ambos cachetes para hacer contacto visual.

—Ah, ahh, Kanya-chan, esto solo fue un juego, ahora experimentarás un placer inexplicable, pero, oh, esta en ti si lo haces o no. Montarás la verga de Katasuke-kun, ¿Quieres hacerlo, corazón? Sin quitar la mirada de los ojos dorados de la súcubo, cual se mantuvo en silencio por un minuto mientras escucha los gemidos de Mei de fondo como los aplausos producidos por como su carne golpea contra la verga erecta de a quien considero padre —Y-yo... S-si, lo deseo, q-quiero sentir su pene golpeando mi zona i-intima... 

Con las caderas de la mujer morena moviéndose contra la polla empapada de semen, como lo es su coño cual chorrea este líquido cual la joven deseaba sentir dentro suyo. La primera se pone de pie dejando caer más esperma a la vez que sus jugos de su vagina, cual a pesar de haber montado al azabache hace unos minutos se muestra todavía sedienta al relamerse los labios mirándole.

—Oh, no esperaba que tu te unirías a la fiesta... jeje, puedes ir primero mi pequeña —La sonrisa de su maestra pícara como la de Mery, quien la conduce hacia la cama desde atrás al tomarla de los hombros. Porque la mocosa se sentía dudosa de si realmente lo quería hacer o no, pero al acabar tendida sobre la cama y ver con sus ojos la dura y gruesa verga de Katasuke, con su boca cubriendo la punta mientras la lame rápidamente ya obsesionada por ese gran trozo de carne cual se llena de su saliva y esencia —K-kanya-chan... ah, ahh... ¿e-eres tu? ohh, s-si, tu lengua...

La rubia le quitaría la mordaza negra de su boca, para después sentarse sobre su cara callándole mientras siente como la lengua del peli negro se mete por su coño, recorriendo su interior mientras su verga es succionada por la boca de la súcubo que comienza a chupar hasta la base con él capaz de sentir como su polla se desliza en la garganta de ella.

Mei encuentra cachondo el ver como su alumna se deja caer en el placer, chupando el pene de su pareja mientras este lame la vagina ya húmeda de la doctora que gemía como una perra, sonido que se mezcla con las mamadas de la chica de cabello carmesí cual no se detiene deseosa de la verga de su ex-sensei. Comenzando a tocarse su coño cual esta cubierto de semen y su néctar de amor, y con su mano libre aprieta uno de sus pezones suavemente para masturbarse expectante de su turno.

Tras unos minutos que parecieron solo segundos, tanto Katasuke como Mery se vienen, con el joven hombre tragándose el jugo proveniente de la vagina caliente de la doctora como deja escapar su carga en la boca de Kanya cual permanece chupando su verga a pesar de la corrida, para así ingerir el semen como se inclina hacia atrás sin dejar escapar una gota de la semilla del azabache.

Ingiriendo el líquido blanco de un trago, con su cola de demonio agitándose de la emoción mientras su lengua sobresale de su boca ya con su coño corriéndose de nuevo, empapando las sabanas mientras se pone de cuclillas sobre la polla de su sensei. Dejándose caer sobre esta —¡Ahh!, s-se siente me-ohhh, sensei, su polla es muy grande, si-siento que va a romperme con su ve-verga... ah, ah, mmnf, sensei, sensei, véngase en el coño de su puta alumna —La súcubo cabalga la verga de Katasuke sin detenerse, sus caderas agitándose con rapidez en señal de su deseo de conectarse de una manera más intima, con quien llego a amar de manera más profunda.

En eso siente las manos de su maestras jugueteando con sus pechos, estrujándolos a la vez que con sus dedos aprieta sus pezones mientras lame su mejilla derecha, de forma que muestra su naturaleza pervertida al tocar el cuerpo de la mocosa cual gime con más fuerza al encontrarse con más placer, sus sentidos absortos en aquella lujuria cual su cuerpo de súcubo estaba diseñado en un principió, recibir placer en cantidades absurdas.

Los labios del hombre ocupados con los de la rubia, que mete su lengua en la boca de este para así ambas entrelazarse compartiendo aquel calor cual experimentan sus cuerpos, con sus pechos grandes contra su pecho desnudo. Los pezones rosados de esta ya erectos por el calor, sensación que hace palpitar la verga del peli negro cual cierra los ojos al sentir como su cuerpo tiembla presa de la lujuria, este percibe como Mery aprieta uno de sus pezones, corriéndose nuevamente. 

Su semilla desbordándose del coño apretado y antes virgen de Kanya, quien continua moviendo sus caderas. Al mismo tiempo que Mei muerde el cuello, como tetas de la pequeña demonio, cual se corre otra vez liberando sus jugos sobre la entrepierna de su sensei. Sus caderas todavía embistiendo contra la verga del azabache quien libera más semen dentro de su vagina.

Mery toma la delantera, al tomar de los hombros a la muchacha y hacerla a un lado, la última no arma problema al sentirse exhausta por tanta sobreestimulación, su cabeza recostada sobre los muslos de Mei que le sonríe pícara. Lo último que ve es su rostro, mientras escucha de fondo los gemidos de la doctora cogiendo con su sensei.

Les debía un poco de esto, jeje. Bueno, debí alargarlo más, os compensare con los siguientes, espero. Feliz jueves a todos.

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