Por la tarde, dejó a los niños en el lugar de Meifen, ya que parecían llevarse muy bien con Yuewei y se apresuró a regresar a casa porque era la noche de la cita.
Alix había hecho de las citas extraordinarias una tradición suya porque Caishen hacía lo mismo. Ese fue el acuerdo al que llegaron, turnándose para planear las citas. Las citas de él siempre eran extravagantes, lo que le generaba a ella cierta presión para estar a la altura.
Pero, Holea le había dicho que no era cuánto costaba la cita sino cómo te sentías durante ella lo que importaba. Por eso optó por una cita acogedora en casa, con juegos, vino y algo de música. El objetivo de la cita era reír y fortalecer su conexión.
Mientras Caishen se bañaba, ella pidió ayuda a los guardias y dos niñeras para prepararlo todo. Como no sabía qué juego elegir, lo dispuso todo, juegos de mesa, videojuegos, juegos de cartas e incluso juegos caseros. El salón entero se transformó en un pequeño mundo de juegos.
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