Estrategizando como cuatro mujeres sabias.

Alix y docenas de otros jugadores fueron transportados al mismo punto de partida. Se encontraron al pie de una montaña muy grande en cuyo punto más alto se erguía una torre muy alta. Una gran puerta, que se extendía por cientos de millas entrelazada con plantas, flores, enredaderas y espinas era el primer obstáculo que tendrían que despejar antes de poder entrar en los terrenos de la torre.

Incluso desde fuera, se podía sentir la malignidad en el aire que venía del interior, más allá de las puertas. También se podía sentir la magia en el aire, o la energía de cualquier forma. Un lugar como este seguramente estaría protegido por hechizos. No había manera de que lo único que mantuviese a los extraños fuera fuera una alta puerta negra.

Una vez que los jugadores se dieron cuenta, comenzaron a dispersarse en sus grupos, ansiosos por entrar antes que la competencia.