Llevando las herramientas que había reclamado de Lady Yang, el rostro de Lin Jiaxin estaba lleno de emoción. Lin Yuan sabía que su padre debía de estar sintiéndose infeliz, por lo que no volvió a sacar el tema de dividir la familia. En cambio, le compartió en gran detalle sus planes para hacer pasteles lunares. Efectivamente, en cuanto Lin Jiaxin escuchó sobre esto, mostró interés.
—Da Ya, este nuevo estilo de pastel de luna del que hablas suena bastante raro y seguro que se venderá. Pero, ¿cómo debería ser el molde? Haz un diseño para tu padre y lo haré enseguida para que lo pruebes y veas si funciona —dijo.
Lin Yuan asintió y acordó hacer un diseño para esa noche y entregárselo a su padre primero a la mañana siguiente.
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