A medida que el mes avanzaba, Robert sentía cómo el peso del nuevo umbral de **60,000 euros** se volvía cada vez más aplastante. Sabía que, si quería mantener su plan a flote, tendría que gastar más dinero que nunca. El problema era que, cuanto más intentaba gastar, más dinero terminaba ganando la empresa. Parecía que el sistema estaba decidido a ponerle las cosas difíciles, pero Robert no estaba dispuesto a rendirse.
Sentado en su oficina, revisaba el balance del mes. Los ingresos de **Horrible Threads** seguían fluyendo y el desarrollo de **Rebirth: Dystopian Era** avanzaba a buen ritmo. **"Esto es ridículo"**, pensó, pasando una mano por su cabello con frustración. **"Si sigo así, pronto estaré ganando más de lo que puedo gastar."**
Era hora de tomar decisiones drásticas. Tenía que encontrar nuevas formas de gastar dinero, de maneras que no se tradujeran en más ingresos inesperados. Cerró los ojos un momento, pensando. El alquiler del lujoso apartamento y el coche no habían sido suficientes, y aunque había aumentado los bonos y los salarios de sus empleados, eso tampoco había bastado para desequilibrar las cuentas.
De repente, una idea comenzó a formarse en su cabeza. Si no podía frenar los ingresos de los juegos, tal vez podría dirigir el dinero hacia gastos secundarios. Algo grande, algo que pareciera una inversión para mejorar la empresa, pero que en realidad drenara los fondos.
**"¡Eso es!"**, pensó. **"Voy a mejorar la oficina... otra vez."**
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Horas más tarde, Robert convocó a **Amanda**, su asistente, a su oficina. Se sentía casi emocionado por su nuevo plan. **"Amanda, necesito que te encargues de algo urgente"**, dijo con una sonrisa. **"Quiero que hagamos mejoras en toda la oficina. Mobiliario nuevo, sillas ergonómicas de última generación, escritorios ajustables, y no olvides las mejores estaciones de trabajo que el dinero pueda comprar. Y quiero plantas, muchas plantas. Jardines interiores, fuentes de agua, lo que sea necesario para crear un ambiente... creativo."**
Amanda, quien estaba acostumbrada a los gastos excesivos de Robert, solo asintió. **"Claro, jefe, me pondré en ello inmediatamente."**
Mientras Amanda se marchaba para comenzar con las órdenes, Robert sonrió para sí mismo. **"Esto va a costar una fortuna. Finalmente, estoy en el camino correcto"**, pensó. Todo parecía tan claro ahora. Si no podía detener el flujo de dinero que generaban los juegos, gastaría todo lo que pudiera en convertir la oficina en un palacio de tecnología y confort. Cualquier cosa con tal de aumentar los gastos.
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Mientras tanto, en la oficina, **Carlos**, **Adrián**, y **Claudio** seguían trabajando en **Rebirth: Dystopian Era** sin tener idea de los planes de Robert para el gasto masivo en mejoras. Carlos estaba ocupado ajustando el equilibrio de las mecánicas del juego, mientras Adrián supervisaba los gráficos y Claudio probaba la jugabilidad.
En medio del trabajo, Amanda se acercó a ellos para informales sobre las nuevas mejoras que iban a llegar a la oficina.
"Chicos, Robert ha decidido que vamos a hacer una renovación completa de la oficina", dijo Amanda con una sonrisa. "Nuevos escritorios, sillas, estaciones de trabajo de última tecnología... lo mejor de lo mejor."
Carlos levantó la vista de su ordenador, sorprendido. **"¿Otra renovación?"**, preguntó, algo incrédulo. "Pero acabamos de renovar la oficina hace unos meses."
"Ya sabes cómo es Robert", dijo Amanda. "Siempre pensando en cómo mejorar el ambiente de trabajo para que seamos más productivos. Cree que estas mejoras nos ayudarán a alcanzar el próximo nivel."
Claudio suspiró y murmuró algo sobre lo innecesario que era todo aquello, pero no se quejó abiertamente. Mientras tanto, Adrián sonreía. **"Es increíble lo mucho que Robert se preocupa por nosotros"**, dijo, sin percibir la frustración oculta en las intenciones de su jefe.
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Unas semanas después, las oficinas de **Glitch Games Inc.** eran prácticamente irreconocibles. Nuevos escritorios ajustables con pantallas de última generación, sillas ergonómicas que parecían sacadas de una nave espacial, estaciones de trabajo equipadas con la tecnología más avanzada. Las plantas y fuentes interiores daban al lugar una apariencia digna de una empresa del Silicon Valley.
Robert observaba todo desde su despacho, sintiéndose satisfecho. **"Esto tiene que haber sido carísimo"**, pensó, mientras repasaba mentalmente cada gasto. **"Finalmente, estoy logrando reducir el saldo."**
Sin embargo, algo lo inquietaba. A medida que pasaban los días, se dio cuenta de que los empleados parecían trabajar con más entusiasmo. **Carlos** y **Adrián** estaban especialmente emocionados por los nuevos equipos, que les permitían avanzar más rápido en el desarrollo del juego. Incluso **Claudio**, quien generalmente era indiferente a los cambios, parecía apreciar las mejoras en su área de trabajo.
Y lo peor de todo: las ventas de **Horrible Threads** seguían aumentando, y los informes sobre **Rebirth: Dystopian Era** indicaban que el juego tenía un enorme potencial. El saldo seguía aumentando lentamente, y a pesar de todos sus esfuerzos, Robert no podía detenerlo.
Se dejó caer en su silla con un suspiro profundo. **"No puede ser... ¡Estoy gastando más que nunca y aun así no pierdo dinero!"**. Se llevó las manos a la cabeza, sintiendo cómo un leve tic nervioso comenzaba a aparecer en su ceja izquierda. **"¿Por qué todo tiene que ser tan complicado?"**.
Mientras tanto, Amanda se acercó para darle el informe final de los gastos.
"Bueno, jefe, ya se ha completado la renovación. Todo ha salido de acuerdo al plan", dijo mientras le entregaba una carpeta con los detalles. Robert la abrió con la esperanza de ver un balance negativo, pero en lugar de eso, el saldo total mostraba una preocupante cifra: **58,000 euros**.
**"¡Maldita sea!"**, pensó Robert, sintiendo cómo el mundo se le venía encima. A pesar de todos sus esfuerzos, seguía por debajo de los **60,000 euros**... pero apenas por un margen ridículo. Y lo peor de todo era que los ingresos seguían aumentando.