Punto de vista de tercera persona
En las montañas, las brujas continentales, que habían sido responsables de asegurarse de que todo fuera bien con Valencia y sus poderes hasta que estuviera lista para luchar contra el diablo sin interferir y participando en su vida cotidiana, miraban a las otras brujas con una expresión no muy amistosa.
Estaban esperando que los tres ángeles hicieran notar su presencia y no podían evitar odiar que, esta vez, los ángeles hubieran acordado reunirse con estas brujas mediocres que ni siquiera tenían las capacidades y la posición para encontrarse con ellos.
Sin embargo, los ángeles siempre habían sido las personas más impredecibles, de orden superior, intocables e incuestionables en su mundo mágico que trabajaban directamente bajo el mensajero de la diosa de la luna.
Así que, nadie tenía el valor o la autoridad para cuestionar su postura sobre cualquier cosa o decisión que tomaran.
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