--&&. nota rapida .&&--
Iba a hacer que los nuevos gemelos aparecieran en nurmergard pero pensé que no tenía sentido que se pudieran unir a la casa Flamel si ya tenian hogar.
Encima se supone que nurmergard es una prisión por lo tanto su padre adoptivo sabía que necesitaba sacarlos de ahí y los envío al mundo muggle para que los encuentren.
Tuve que cambiar un poco las historia por qué me había olvidado. tengo demasiadas ideas y algunas terminan quedando como decoración pero está tiene más sentido en el avance de las historia así que la dejo
Sobretodo por qué funciona para poner los pelos de punta a dumbledore
Y algunas secuencias cómicas que tienen más sentido si son hijos adoptivos de Grindelwald jaja
Si les gusta el capítulo dejen sus piedras de poder.
---
"Humano, ¿cuándo crees que nos encontrarán? Ya me aburrí de este lugar", preguntó un niño acostado en el suelo, mirando el techo de su habitación.
La habitación, que suele compartir con varios niños, queda vacía apenas amanece, pues todos desaparecen para evitar a dos de sus compañeros.
"No lo sé. No molestes. El anciano nos envió aquí porque dijo que sería más fácil que nos encontraran", respondió el otro niño en la habitación, rodeado de computadoras y componentes que parecían sacados de la basura.
"¿Que nos encontraría quién? Esto es tu culpa por destruir medio castillo, y nos castigaron enviándonos aquí", dijo el niño levantándose del suelo mientras le gritaba al otro.
"El anciano dijo que nuestra supuesta familia. Y el castillo no hubiera estallado si no hubieras tocado lo que no es tuyo", replicó el niño mientras se levantaba de su asiento, igualmente enojado.
"¿Se supone que debemos esperar en este asqueroso lugar? Prefiero volver a Nurmengard. No me interesa esta supuesta familia", gritó furioso el niño.
"¿Qué? ¿Ya extrañas a tu nuevo papá? Pobrecito", dijo burlonamente, mientras el otro niño arremetía contra él, comenzando nuevamente su pelea diaria.
Mientras peleaban, de sus cuellos se pudieron notar dos collares iguales, que cualquier mago reconocería como el símbolo de las Reliquias de la Muerte.
A la vez, eran herramientas para contener la magia de los niños hasta que sus "hermanos" los encontraran.
Después de todo, el lugar donde aparecieron era difícil de investigar, y el hombre que los encontró sabía que debían ser hallados por su "familia" gracias a una profecía que él mismo había visto. Por eso usó la excusa de la destrucción del castillo para enviarlos al mundo muggle, cerca del pueblo donde vive cierta bruja pelirroja y su madre, que está a punto de mudarse.
Mientras tanto, Stephen, que odia más que nada las profecías, no sabía que ya formaba parte de una.
Y cuando se dé cuenta, tal vez llore lágrimas de sangre.
---
Mientras tanto, Stephen y Wanda, luego de terminar de limpiar los baños, fueron arrastrados por los gemelos.
"¡Jefe, encontramos lo que estabas buscando!", dijo Fred, sacando una pequeña caja de su bolsillo.
"Fue fácil y asqueroso", añadió George, acompañando a su hermano.
"Espero que Ron no llore", comentó Stephen, mientras abría la caja y veía un ratón gordo y feo dentro, mirándolo asustado.
"¿Qué vas a hacer con él?", preguntó Wanda, sintiéndose un poco triste por el ratón.
"Enviarlo a prisión", respondió Stephen como si nada, mientras el ratón empezaba a temblar de miedo.
"¿A Scabbers? ¿Qué hizo, se comió el queso del director?", preguntaron confundidos los gemelos.
"No. Algo peor. Mató a varios muggles e inculpó a su mejor amigo de ello... Por cierto, Scabbers es un animago llamado Peter Pettigrew", explicó Stephen, mientras tiraba a la rata al suelo y sacaba su varita para devolverlo a su forma normal.
La rata, al ver eso, intentó escapar con todas sus fuerzas, pero fue atrapada fácilmente por el hechizo de Stephen, volviendo a ser un hombre bajo, gordo y sucio, con dientes como los de un ratón.
Estaba tan desaliñado que Wanda dio varios pasos hacia atrás.
Mientras todos se sorprendían, Stephen no dejó que Peter dijera una sola palabra y lo encadenó con cadenas de luz.
Ron, Harry y Hermione venían corriendo hacia ellos.
"¡Fred y George, devuélvanme a Scabbers!", gritó Ron al ver a sus hermanos, que todavía estaban sorprendidos y no lo notaron llegar.
Al ver que sus hermanos ni siquiera registraban su presencia, Ron se enfureció más.
"¿Dónde está Scabbers?", gritó con más enojo.
Al escuchar el grito, los gemelos reaccionaron y lo miraron por un segundo. Luego se miraron entre ellos, sin saber qué decir, y apuntaron al hombre gordo que estaba tirado en el suelo revolcándose.
"¿Y ese quién es?", preguntó Ron al ver al sujeto asqueroso, mientras se alejaba de él.
"Scabbers", respondió Wanda con una sonrisa, a unos metros de distancia.
"Para ser más precisos, Peter Pettigrew, el animago que se escondió como una rata por 12 años. Por cierto, ¿nunca se dieron cuenta de que una rata no vive tanto tiempo?", dijo Stephen, lanzando la pregunta a los tres hermanos que estaban en shock.
"Espera, ¿quieres decir que tanto Percy como Ron...?", Fred ni siquiera pudo continuar porque la risa lo venció, dejando que George siguiera: "¡Durmieron con un hombre gordo y feo todos estos años! ¡Jajajajaja!".
"Incluso se bañaban con él. ¡Jajajajaja!", añadió George, mientras Fred agregaba: "Una vez vi a Percy besando a la rata mientras practicaba. ¡Jajajajaja!".
Cada vez que recordaban algo del pasado, la historia empeoraba, sobre todo ahora que sabían que Scabbers era un hombre y no una rata.
Mientras tanto, Ron había entrado en tal shock que repetía para sí mismo que todo era un mal sueño.
A todo esto, Percy, que estaba encargado de patrullar los pasillos, fue atraído por el alboroto causado por los gemelos y muchos otros estudiantes y profesores.
"¿Qué están haciendo tan tarde?", preguntó Percy, viendo a sus hermanos y a Ron, que seguía parado en estado de shock.
"Ven, Percy. Te contaremos algo divertido", dijeron los gemelos mientras lo tomaban de ambos brazos y comenzaban a contarle la historia, obviamente en voz alta, para que los demás estudiantes la escucharan.
Cuando Percy escuchó toda la historia, también quedó en el mismo estado que Ron.
"¿E-es cierto eso, Stephen?", preguntó con algo de esperanza de que todo fuera una broma de los gemelos.
Pero al ver a Stephen asentir lentamente, su esperanza se esfumó, y casi se desmayó.
Los demás estudiantes quedaron sorprendidos por la captura de Peter Pettigrew, a quien algunos recordaban como el ganador de una medalla de Merlín. Otros, en cambio, se unieron a los gemelos, riéndose de las historias de Percy y Ron con la rata cuando eran niños.
"¿¡Qué está pasando aquí... Peter!?", exclamó la profesora McGonagall al llegar y ver a Peter Pettigrew tirado en el suelo, cuando se suponía que había muerto hacía 12 años.
Con ella también llegó Snape, quien, por un momento, casi sacó su varita al ver al hombre tirado en el suelo.
"Si no es nada menos que el señor Pettigrew. ¿Qué hace un cadáver tan lejos de su tumba?", preguntó venenosa y sarcásticamente, sosteniendo su varita con fuerza mientras su mente procesaba rápidamente lo que veía.
"¿Peter?!", gritó Lupin al ver a su antiguo amigo, supuestamente muerto, tirado en el suelo. No sabía qué sentimiento tener en ese momento.
"¿Puede explicar qué está sucediendo, señor Flamel?", preguntó la profesora McGonagall, rápidamente, queriendo entender la situación.
"Claro, pero sería bueno ir a la oficina del director", respondió Stephen, a lo que los profesores asintieron mientras él llevaba a Peter Pettigrew arrastrándolo. Los gemelos seguían contando historias vergonzosas de sus hermanos mientras ellos se marchaban.
Stephen se detuvo cerca de Harry, asegurándose de que él también escuchara lo que estaba por suceder. Wanda lo siguió de cerca, decidida a no perderse nada.
"Ya veo. Entonces Peter fue quien traicionó a James y Lily Potter", dijo Dumbledore con pesar al terminar de escuchar la historia, luego de que Stephen y los demás entraron con el hombre que se suponía debía estar muerto.
Todos quedaron completamente sorprendidos al escuchar la historia completa.
Harry, tras un momento de shock, se recuperó rápidamente y explotó de furia.
"¡Maldito! ¡Los traicionaste! ¡Eran tus amigos!", gritó, sacando su varita y apuntándola directamente al cuello de Peter.
Los demás reaccionaron al arrebato de Harry y actuaron rápidamente para calmarlo.
"Espera, Harry", dijo Stephen, desarmándolo rápidamente con un movimiento de su varita.
Sin embargo, Harry invocó una espada, decidido a no detenerse.
Esta vez, Wanda intervino, deteniendo el ataque con una mano.
Sorprendiendo a los profesores presentes.
"¡Él mató a mis padres!", gritó Harry furioso, forcejeando contra sus hermanos, que trataban de detenerlo.
"Lo sabemos, Harry. Pero no por eso te dejaremos hacer algo de lo que te arrepentirás. Después de todo, tienes una conciencia débil. Nosotros podemos matarlo por ti sin sentirnos culpables, si quieres", dijo Wanda, tratando de calmar a su hermano menor, aunque sus palabras inquietaron a los profesores presentes, quienes prefirieron no opinar.
"Si lo matas, Black seguirá siendo culpable de un crimen que no cometió. Se supone que es tu padrino. ¿No quieres ayudar a un inocente?", añadió Stephen, ayudando a tranquilizar a Harry.
Poco a poco, las palabras de Stephen hicieron efecto, y Harry, aunque todavía dolido, se calmó. Se dejó caer al suelo, mientras las lágrimas fluían sin control.
Wanda se acercó y lo abrazó, mientras hacía gestos a Stephen para que lo consolara también.
Stephen, algo incómodo, simplemente acarició la cabeza de Harry, haciendo que Wanda pusiera los ojos en blanco.
Mientras tanto, los adultos enfrentaban una situación similar con Snape, que parecía estar al borde de lanzar un hechizo imperdonable contra Pettigrew. Solo la mirada firme de Dumbledore logró detenerlo, aunque las venas en la mano que sujetaba su varita dejaban en claro el esfuerzo que hacía para contenerse.
Lupin, por su parte, estaba sumido en un estado de shock, sentado en una silla con el rostro completamente pálido. El día de la muerte de James y Lily había sido el día en que perdió a todos sus amigos, quedándose completamente solo en el mundo. Ahora se enteraba de que el verdadero culpable había estado vivo todo este tiempo, mientras otro había sido encarcelado injustamente durante 12 años. El impacto de esta revelación fue devastador.
"Albus, ¿qué sucederá con Black?", preguntó McGonagall, rompiendo el tenso silencio.
"Sí, Minerva. Enviaré una carta al Ministerio de inmediato", respondió Dumbledore mientras comenzaba a escribir en un pergamino.
Aunque el mundo mágico ya conocía los teléfonos, en el Ministerio todavía se utilizaban cartas debido a restricciones impuestas por el Ministro Fudge, quien prefería mantener el sistema tradicional.
Stephen, sin embargo, decidió enviar un mensaje directamente a Amelia Bones, sabiendo que, como jefa de la Oficina de Aplicación de la Ley Mágica, tenía el poder de actuar más rápido que cualquier carta.
Dumbledore utilizó una pluma de fénix para acelerar el proceso, consciente de que Black seguía siendo considerado un criminal peligroso, con una orden de captura activa.
El mensaje fue respondido rápidamente, y antes de que pudieran reaccionar, el Ministro Fudge apareció por la chimenea acompañado de varios aurores y un dementor.
El dementor, al ver a Pettigrew atado en el suelo, se abalanzó sobre él, pero Stephen lo detuvo sujetándolo por la cabeza con una fuerza sobrehumana.
"¿Qué está haciendo, Fudge?", exclamó McGonagall, alarmada por el ataque del dementor.
"¡Obviamente Peter Pettigrew murió hace 12 años! ¡Ese hombre debe ser Sirius Black disfrazado!", gritó Fudge, tratando de justificar su acción mientras ordenaba a sus aurores que atacaran.
"Si vuelves a atacar al sospechoso, serás acusado de obstrucción y manipulación de pruebas", dijo una voz firme desde la chimenea.
Era Amelia Bones, quien acababa de llegar con un grupo de aurores de las fuerzas especiales. Su presencia llenó la sala de autoridad, haciendo que Fudge retrocediera un paso.
"¿Amelia, qué haces aquí?", preguntó Fudge, claramente molesto.
"Como jefa de la Oficina de Aplicación de la Ley Mágica, es mi deber estar aquí", respondió Amelia con calma, haciendo un gesto a sus aurores para que se encargaran de Pettigrew.
"¡Esto es un engaño! ¡Ese hombre es Sirius Black disfrazado! ¡Debe ser ejecutado inmediatamente!", insistió Fudge, perdiendo la compostura.
"Eso lo determinaremos nosotros", replicó Amelia con firmeza. "Por ahora, suspenderemos la condena de Black hasta que se esclarezca este caso."
Los aurores detuvieron a Pettigrew, mientras Amelia asentía discretamente hacia Stephen, agradeciéndole su rápida acción.
Fudge, furioso, abandonó la sala con sus aurores, aunque no se dio cuenta de que su dementor había desaparecido.
"¿Ves? Te tomas demasiado en serio el título de 'extintor de dementores'", bromeó Wanda al ver los restos de energía oscura disiparse de la mano de Stephen.
"Sabes que todo esto sería más fácil si hicieras tu trabajo correctamente", respondió Stephen, visiblemente molesto.
"De todos modos, funcionó", dijo Wanda con una sonrisa triunfante mientras se llevaba a Harry con ella, dejándolo descansar tras la tensión vivida.
Los profesores seguían algo desconcertados por lo sucedido, pero Stephen no tenía tiempo que perder.
"Tengo otro asunto que atender. Me marcho", dijo, mientras Dumbledore le hacía un gesto aprobatorio.
Ahora, Stephen tenía una nueva misión: encontrar al testigo prófugo que podría cambiar su propio destino.
Fin del capítulo.