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"Un Caótico Comienzo"

Ya saben si les gusta dejen su piedra de poder estaría muy agradecido.

Espero disfruten el capítulo.

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"Bien, hoy comienza el nuevo año escolar. Espero que sea divertido", dijo Stephen mientras salía, muy bien vestido, de su habitación, dirigiéndose al comedor donde sus abuelos lo esperaban para desayunar.

"Buen día, muchacho. Hoy empieza tu año escolar, ¡diviértete!", dijo su abuelo con una sonrisa.

"Espero que este año no lleguen tantas quejas de tu profesora", comentó su abuela con un enojo fingido, aunque con un toque de tristeza, ya que se separaría de su nieto por un buen tiempo.

"No te preocupes, abuela, le pediré que las acumule en una sola carta", respondió Stephen con una sonrisa, antes de salir corriendo, esquivando las chanclas voladoras que su abuela le lanzaba con un movimiento de varita.

"¡Nos vemos, abuela y abuelo! ¡Los quiero!" gritó mientras salía de la casa. "¡A ti también, Misty! Cuida a los abuelos mientras no estoy".

Stephen le habló a la pequeña elfa doméstica que los despedía desde la puerta.

"Buena suerte, joven amo", saludó felizmente Misty.

Luego, Stephen se dirigió a un cobertizo donde se encontraba una chimenea conectada a la Red Flu, además de varias herramientas para transportarse.

La mansión estaba protegida con hechizos antiaparición y muchas otras barreras que impedían incluso que un elfo doméstico pudiera entrar. Y con Misty, la elfa más fuerte, eso era literalmente imposible.

"Ahora que lo pienso, el elfo doméstico Dobby debió haber intentado que expulsaran a Harry en la línea original. Supongo que ni siquiera pudo entrar", reflexionó Stephen, recordando que en la historia original, Dobby usó magia para arruinar la cena de los tíos de Harry, provocando que lo encerraran.

Aunque eso sería complicado, ya que Harry solo vuelve a casa una vez a la semana y se queda solo un par de minutos antes de escapar rápidamente con la ayuda de Misty. Como Misty lo ayuda a ir al mundo muggle y a regresar, siempre está cerca cuando es necesario, por lo que Dobby no pudo hacer nada.

Stephen entró en la chimenea y se dirigió al Caldero Chorreante para ir a la estación desde allí.

"A la estación King's Cross, por favor", pidió Stephen al subirse al taxi que tomó.

"Oh, ¿tú también te diriges a la estación? Hoy he llevado a varios pasajeros jóvenes con un montón de maletas e incluso búhos. Por eso volví rápido a esta zona para conseguir más clientes", comentó el taxista alegremente, contento por su ajetreado día.

"¿En serio? ¿Dijeron algo interesante?", preguntó Stephen, curioso por si alguno de los estudiantes había revelado algo.

"Solo mencionaron que iban a una especie de internado y que los muggles no lo entenderían. Ni idea de qué es un muggle", respondió el taxista.

Tras conversar un rato más, el taxi finalmente llegó a la estación. Stephen bajó del auto y se despidió con una sonrisa.

"Nos vemos, chico. Diviértete en Hogwarts. Así lo llamó el pasajero anterior, dijo que sería profesor", añadió el taxista antes de marcharse alegremente.

"*Suspiro*... ese idiota", pensó Stephen, identificando rápidamente al culpable. Luego sacó su magicphone.

"Soy Stephen. Vigilen a un taxista que lleva estudiantes de Hogwarts desde el Caldero Chorreante a la estación. Si es necesario, desmemoricenlo".

"Recibido", se escuchó la respuesta desde el teléfono. Stephen colgó mientras observaba al taxi marcharse.

"¿Cómo es que el viejo encuentra a estos personajes para ser profesores? Supongo que será mi deber hacerles la vida imposible ahora... *suspiro*", murmuró mientras se dirigía a la estación, como si estuviera encargado de una tarea difícil.

Al llegar al andén 9 ¾, Stephen subió al tren rápidamente, saludando a todos y tomando asiento en su vagón habitual.

Al rato, apareció Lee Jordan.

"Los gemelos aún no han llegado. Encontré algo genial", comentó Lee, mirando a su alrededor.

"No, parece que llegarán tarde. Siéntate y cuéntame qué encontraste", respondió Stephen intrigado.

"Está bien. Mira, estas fotos se están haciendo muy populares últimamente entre la gente", dijo, mostrándole imágenes en su teléfono de un parque de diversiones.

Era el parque Flamel, y los gemelos habían tenido la idea de tomar fotos sin contexto para generar expectación como estrategia de propaganda.

"Wow, un parque de diversiones. Se ve genial, de verdad", dijo Stephen, mostrando su talento actoral.

"¿Verdad? Sería el primero en el mundo mágico. Aunque existen casas embrujadas y algunos juegos, nada a este nivel", dijo Lee emocionado.

"Ahora que lo pienso, creo que escuché algo sobre eso de algunos amigos de mi abuelo. Si no me equivoco, abrirá para las próximas vacaciones", dijo Stephen con una sonrisa.

"¿Qué? ¿Estás seguro? ¡Tengo que contárselo a Angelina!", exclamó Lee, corriendo rápidamente fuera del vagón.

"Bueno, la propaganda de boca a boca, idea de los gemelos, funcionó", pensó Stephen.

Después de un rato, los gemelos finalmente llegaron.

"Uf, llegamos a tiempo".

"Casi nos quedamos".

"Hola, chicos. Casi pierden el tren. Aunque, si le piden a Misty, ella podría traerlos", dijo Stephen, sonriendo al ver a los gemelos agotados.

"No sé por qué no usamos la Red Flu directamente hasta Hogsmeade".

"Sería lo más fácil, la verdad".

"Pero eso le quitaría lo ceremonioso de viajar hasta Hogwarts", comentó Stephen. Los gemelos recordaron que, cuando él vivía en Hogsmeade, de todas formas iba a la estación solo para tomar el expreso.

Los gemelos empezaron a hablar sobre su plan del parque, orgullosos, pero fueron interrumpidos por el fuerte sonido de la puerta al abrirse.

"Enana, ya te dijimos que es descortés abrir la puerta sin llamar", dijo Stephen, dándose cuenta de quién había entrado.

"Perdón, pero es urgente. No encontramos a Harry ni a Ron por ningún lado", dijo Hermione, con Ginny detrás, preocupada.

"¿Habrán perdido el tren?"

"¿O quizás se perdieron?", dijeron los gemelos con simplicidad, preocupando aún más a las chicas.

Al notar la inquietud, intentaron calmarlas rápidamente.

"No se preocupen. Harry puede llamar a Misty para que lo traiga a Hogwarts."

"Sí, incluso pueden viajar por la Red Flu o pedirle ayuda a algún profesor. Después de todo, no sería la primera vez que alguien pierde el expreso", añadieron los gemelos, recordando que por algunas de sus bromas, otros alumnos habían perdido el tren en varias ocasiones y siempre mandaban a algún profesor a buscarlos.

"Lástima que nuestros dos amigos no sean tan inteligentes", interrumpió Stephen, rompiendo los pensamientos de todos.

"¿Qué quieres decir?" preguntó Hermione rápidamente.

Stephen no respondió, solo señaló hacia fuera, donde se veía un pequeño punto que se acercaba rápidamente.

"¡¿Qué?!", gritó Hermione cuando finalmente distinguió lo que se aproximaba.

"Jajaja, eso también puede funcionar."

"Rayos, ¿por qué no se nos ocurrió antes?", rieron los gemelos.

"¡Eso es peligroso! ¡Podrían ser expulsados de Hogwarts!", exclamó Hermione, pálida de preocupación.

"Bueno, también es ilegal, así que podrían ir a prisión", añadió Stephen, haciendo que Hermione palideciera aún más.

Al ver su reacción, Stephen dejó de molestarla y sacó su teléfono, bajo la atenta mirada de todos.

"*Suspiro* Soy yo otra vez. Objeto mágico volador posiblemente avistado por muggles en dirección a Hogwarts. Desmemorícenlos si es necesario", dijo rápidamente, colgando una vez que recibió la confirmación.

"(Me pregunto cómo es que el mundo mágico aún no ha sido descubierto por todos. No quiero tener que usar el hechizo que Strange utilizó para que todos olvidaran a Spider-Man)", pensó Stephen mientras los demás lo miraban, esperando una explicación sobre lo que acababa de suceder.

"Está bien, tal vez no terminen en prisión", comentó con una sonrisa tranquilizadora.

"¿Pero y si los expulsan?", preguntó Hermione, aún más preocupada por la expulsión que por la prisión.

"Eso lo dejarán en manos del viejo y de la profesora McGonagall. Pero no me preocuparía demasiado", dijo Stephen con una sonrisa, lo que calmó un poco a las chicas, aunque seguían algo inquietas.

"Está bien, preocuparse no ayuda. Siéntense a comer con nosotros", sugirió Fred, sacando su bolso lleno de golosinas.

"No, gracias", respondió Hermione con desconfianza, consciente del historial de bromas de los gemelos. Se llevó a Ginny de vuelta al vagón.

"Qué desconfiada", dijo Fred, fingiendo tristeza.

"No eran esos caramelos que te transforman en canario, ¿verdad?", preguntó Stephen, mirando las golosinas que Fred había sacado.

"Ups, se me escaparon", dijo Fred, guardándolos de nuevo, mientras Stephen ponía los ojos en blanco.

"A todo esto, ¿Ron y Harry sabrán cómo llegar a Hogwarts?", preguntó George con una sonrisa, haciendo que Stephen y Fred se miraran.

"Solo tienen que seguir las vías del tren, ¿no? Deberían llegar antes que nosotros, ¿no?", respondió Fred sin preocuparse.

"Hmm, sí, pero ya se desviaron", dijo Stephen, observando cómo el coche se alejaba cada vez más de las vías. "Quizás quieran cortar camino."

"¡Jajajaja, por ahí no es!"

"Jaja, esos idiotas se perderán, y tendremos que enviar a alguien a buscarlos", rieron los gemelos, despreocupados como siempre.

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