Elección, No Resultado

Aunque estuvieran de pie con el cubo como castigo, no podían hacer que estos niños se callaran.

Las sienes de la Señora Walton palpitaban. Apretó los dientes y miró a Jorge y Alex. —¿Qué cama de agua? ¿Qué es eso de rodar? ¿Cómo saben los niños estas cosas?

—… —dijo Jorge.

—… ¡Realmente estaban injustamente acusados! —exclamó Alex.

—¿Qué les enseñaste a Mia y a los demás afuera todos los días? Soy vieja y no puedo controlarte, ¿verdad? ¡Rápido, ponte ahí de castigo! —dijo la Señora Walton.

—… ¡No deberían haber preguntado! —protestaron conjuntamente Jorge y Alex.

Así, dos figuras altas, Jorge y Alex, aparecieron en el grupo de niños.

Los niños parpadearon y miraron a Alex y Jorge con curiosidad. Qué extraño. ¿Por qué también ellos estaban castigados de pie?

Helena se reía tanto que casi se desmaya. Los labios de Elmer no dejaban de temblar.

Siete se quedó junto a la ventana en shock, moviendo la cabeza. —¡Sí, sí! —exclamó.

—… —dijeron todos.