En todo momento un niño debe salir de su zona de confort, en este caso su casa podría ser, al momento de entrar ala escuela su vida cambia drásticamente, pues la primera responsabilidad de la vida está siendo inculcada.
Parte 1
Esos días los recuerdo muy bien, aunque varios recuerdos de esa edad los he olvidado, se que nunca se me saldrán de la cabeza los días que miraba a mi madre llorar, por un dolor físico y emocional, nunca olvidaré el temor, esos momentos donde mi corazón se aceleraba, mi cabeza me llenaba de ideas, los deseos de crecer rapido para poder hacer algo me inundaban, pero sobre todo el miedo que tenia, todo eso con solo escuchar el sonido del Autobús de mi Padre llegar a casa.
Está claro que esos recuerdos se debieron convertir en traumas, pues asta ahora que les cuento eso, un sentimiento de tristeza y enojo empiezan a rodear mi cabeza y mi cuerpo.
Las cosas cambian, lose, pero esos traumas no te los quitas de la noche ala mañana.
Y aunque mi padre casi no iba ala casa, (que para mí era lo mejor), puedo recordar su mirada, para mi en esos momentos era un villano, un villano que devia yo detener el algún momento.
Hay cosas que recuerdo bien, como los traumas generados por ver la violencia a mi madre, o el hambre que ella y yo pasábamos, aunque no lo crean varios días la pasamos sin comer, y si se preguntan, la renta no la pagabamos, ya debían mucho, y nos nos corrieron por lastima sinceramente, y bueno cuando comíamos, eran puras lentejas, pero no el platillo de lentejas dónde les echan tocino, salchichas o otras cosas, las lentejas que yo conozco son puras lentejas en agua hirviendo con sal y epazote, Pero también recuerdo el día que fui a la escuela (Kinder, Prescolar, Jardín de niños, como lo conozcan), y fue algo "difícil" al menos para mí.
Por alguna razón mi madre me metió directamente en tercero, el último año de ese sitio, yo entre como si nada, realmente no sabía ni que estaba haciendo ahí, solo sabía que mi mamá me había dicho que le echara ganas y que iría por mi más tarde.
No recuerdo bien a mis compañeros, ni menos de mi maestra, solo recuerdo que yo estaba mas atrasado con ellos pues al menos la mayoría ya se sabían las letras y números y ya comenzaban a leer.
Para mí todos esos eran más listos que yo, por lo que al regresar le pedí a mi madre que me enseñará a leer, debo admitir que me costó bastante, pero a las tres semanas yo ya sabía leer, y se podría decir que yo ya me sentía parejos con mis compañeros, bueno pues resulta que asta los termine superando, yo ya leía párrafos bien, sin trabas, ni más, algo que ellos no podían.
Si yo a esa edad me creía un prodigio.
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Parte 2
Mientras Ezequiel estaba en la escuela, las cosas en la casa no iban bien, pues a veces Abigail no desayunaba, y ella se espantaba de la mala alimentación que tenía, pues estaba embarazada, ya llevaba 6 meses y aunque la panza si se le notará, realmente ella misma se sentia muy lijera.
Mientras Ezequiel estaba en la escuela ella lloraba a solas por la mala decisión que tomo al volver a caer en los engaños de Crescencio, por esa desicion, se separó de su familia, le estaba generando traumas a un niño de 5, casi 6 años, perdio la compañía de su primer hijo, y lo peor no tenia dinero ni para comer.
Antes de entrar ala escuela Ezequiel, Abigail recibió una visita de Chatita la cual fue ella la del inicio de la educación de Ezequiel.
-Se que la estás pasando mal, y realmente no me quiero meter, siento que yo cometí un error en el pasado y creo que aprendí de la peor manera de ello, y es algo que tú igual debes de hacer, Pero Cheke debe empezar su educación, y antes de que me empieces a decir tu sermón por el dinero, yo pagará el Kinder, pero quiero que por favor, busques, alles, como pagar los estudias del niño para la próxima- le dijo Chatita mientras bebía un café
-Muy bien Madre te lo agradezco- solo respondió Abigail.
Ese recuerdo de esa conversación la ponía a pensar en que aria para poder pagar después una Primaria.
Su vida continúo algo normal, sus tareas eran llevar a Ezequiel ala escuela, hacer sus famosísimas Lentejas para comer, ayudar a su hijo con la tarea y dormir, Abigail no podía hacer más por el embarazo.
Asta que un día, en los departamentos donde ellos vivían, mientras Ezequiel estaba en la escuela, se mudarian una señora ya de unos 40 años calculandole, era una señora llenita, se pintaba mucho, y se creía la divina Garza, su nombre era Rosa.
Abigail solo lo tomo ala lijera, solo era una persona más en los departamentos, asta que un día que saldría por Ezequiel, la señora estaba en el portón de los departamentos.
Abigail solo iba vestida de mezclilla, con una sudadera larga y su gorra, al pasar serca de Rosa ella la detuvo diciendo
-Hay mujer, ¿enserio vas a traer a tu hijo en esas fechas?-
-¿A que se refiere con Fachas...señora?-
-Señorita, linda, aunque te tarde más, y no lo tomes a mal amiga, Pero tu hijo quiere ver a su madre bien arreglada esperándolo en la salida-
-¿Usted cree?-
-Claro, cuando un niño ve a su madre bien vestida llendo por el, asta le echan más ganas porque ven que sus mamis se están esforzando para ir a traerlos-
-¿Así?-
-Si obvio, lo sabré yo que ya tuve a mi hija-
*Ya tiene una hija y dice ser señorita* pensó Abigail
-A propósito, soy Rosa-
-Mucho gustó soy Abigail, e realmente debo de ir por mi hijo, Pero tomaré tu consejo-
-Pero deberás hazlo, es más ya se, te invito en la noche a mi casita, para darte más consejos-
-Eeee.. si está bien, lo tomaré en cuenta entonces, mmm asta la noche va- dijo Abigail mientras se iba corriendo por Ezequiel.
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Parte 3
Desde que Abigail acepto la invitación, ella y Rosa se terminaron haciendo amigas, se contaron asta sus problemas en el pasado.
Rosa tuve una hija a sus 18 años, la llamo Maritza, ella ya se junto, y tenia 2 hijas, por lo que Rosa ya era abuela, Rosa también dijo que Maritza tenia 22 años, siendo más joven que Abigail que tenía 27, su primer hija tenía 7 años pues la tuvo a los 15, y ahora tenia una recién nacida, le conto muchas cosas de su vida.
Luego fue el turno de Abigail que le contaría todo, con detalle, al parecer Rosa le dolió algo la historia de Abigail, pues al final de la historia ella comentaría
-Cuando vea a ese infeliz que te pego estando embarazada, se las verá conmigo, no amiga, yo si le doy eh- diría Rosa muy furiosa
Abigail se limpiaria sus lágrimas que le salieron a contarle a Rosa y le pediría que se calmara, o si no lo iba a invocar.
Tal perece que alguien la escucho, pues al día siguiente, era sábado, Ezequiel no iba ala escuela, Abigail quería pasar el día con su hijo, pero el...llego.
El sonido del Autobús se escuchó desde la mañana, Ezequiel dormía, pero al escuchar el sonido de aquel Autobús hizo que despertara, como una señal de alerta.
Ezequiel miro ala cama de su mamá aun dormida, escucho que tocaron la puerta repetidas veces, el se la pensó en abrir, realmente no quería ver a su padre y mucho menos que el estuviera en la casa, se pensó si despertar a su madre, pues seguramente Crescencio quedria desayunar y era capas de parar de los cabellos a Abigail.
Al final Ezequiel no la despertó, esperando que no pasará lo peor, al abrir su padre paso como si nada, sin saludarlo, como si se vieran del diario solo diría
-¿Y tú mamá?-
-Aun dormida-
-Bente, te llevaré a hacer algo de provecho-
-Si está bien-
Ezequiel estaba en chanclas, y afuera hacia frío, rápido fue a cambiarse los zapatos y a ponerse una chamarra, y rápido salio con su papa.
-¿A qué horas cabron?, vengo de buenas Ezequiel, no me hagas enojar-
-Perdon- solo dijo Ezequiel
Salieron del departamento en dirección a un cerro cercano, Ezequiel observo a su padre, el iba con una cara enojada, y llevaba un cuchillo.
*No, no creo, No creo que mi papá sea capaz de llevarme al cerro para matarme o algo así, aunque, golpeo a mi mamá, estando ella embarazada de mi hermano o hermana, supongo que mi papa es capaz de todo* pensaba Ezequiel mientras caminaba, poco a poco con más miedo
Continuaron caminando asta llegar a unos nopales, dónde Crescencio usaría el cuchillo para cortarlos, al ver eso, el miedo de Ezequiel se disminuyó un poco.