—Eres imposible de soportar, Geena —Nina la reprendió con enfado. Esta mañana Geena derramó café caliente sobre su ropa de oficina que Nina había comprado exclusivamente para ella. Tuvieron que regresar al hotel para lavarlo.
Cuando no salió tan fácilmente entonces Nina decidió que Geena se cambiara.
—Lo siento mucho, Nina —dijo Geena con culpa y como respuesta Nina simplemente resopló.
El plan era estar listas lo antes posible y luego llegar a MSin a tiempo, pero Geena arruinó los planes de Nina.
Anoche, se preguntaba si había hecho lo correcto al contratar a Geena como futura esposa de Rafael. Pero luego no podía permitirse contratar a una esposa sensata.
Una esposa tonta nunca exigiría sus derechos y nunca pediría su parte de la propiedad. Obviamente, Nina planeaba pagarle una buena cantidad a Geena.
Contratar a una chica astuta significaba que podría usar a Rafael en su beneficio.
Sin decir nada más se fueron a sentar en el taxi.
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