Al día siguiente, Amanecer estaba muy cansada, durmió durante todo el desayuno y Zaya le lanzó una mirada acusadora a su hermano cuando lo vio llegar solo para desayunar con ella y con Zander.
—¿Qué le has hecho para que todavía esté durmiendo ahora?
—Nada —la expresión de Cenit no revelaba nada.
—Deberías despertarla —intervino Zander.
—Está cansada.
—¿Qué le has hecho para cansarla tanto?
Cenit lanzó una mirada fulminante a sus dos hermanos para hacerlos callar. Tenían ese desayuno juntos para discutir sobre algunas cosas, especialmente sobre el veneno y esta secta que el Santo Reino acababa de descubrir.
Si la misma cosa que ocurrió en el Santo Reino sucediera aquí, donde algunos usuarios de magia perdieron su habilidad para usar su magia, significaría que la maldita secta se había expandido a este continente, pero era difícil rastrear sus movimientos.
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