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CHAPTER 2: 272 d.C.

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 No hay nada imposible para aquel que lo intenta. ~ Daeron Targaryen.━━━━━━━━🐉━━━━━━━━WESTEROSCrownlands, King's Landing: Red Keep.━━━━━━━━━━━━━ 『 272 d.C 』Daeron IIIAl día siguiente, luego de aquella conversación con mi madre me encontré en el dilema de cómo iba a convencer a mi padre, Aerys, para dejarme ser tomado como pupilo en Casterly Rock. Pero yo era consciente de la realidad, Aerys nunca dejaría que uno de sus hijos sea tomado cómo pupilo por los Lannister, odiaba y estaba demasiado celoso de Tywin Lannister para permitirlo.Además de mi corta edad para seguramente negarme hacer alguna especie de viaje, Aerys prefería tener a todos sus hijos a la vista y protegidos. Donde casi no tenemos libertad más allá de lecciones y horarios para estar fuera del castillo, todo era tan monitoreado que era casi asfixiante y todo esto debido a la paranoia que había comenzado a aparecer en el rey.Sinceramente era frustrante la forma de ser de Aerys, y eso que faltaba que se volviera loco en Valle Oscuro.Necesitaba pensar, tiempo para pensar en mis movimientos y en cómo iba a llevar a cabo una conversación con Aerys para lograr que este me permitiera vagar por el reino sin limitaciones... había lugares que quería estar, ya sea por eventos importantes o por que simplemente quería verlos en persona.Por esa razón, decidí ir a uno de los lugares míticos de la Fortaleza Roja y un lugar que estoy seguro que todo Targaryen se siente a gusto.El Cráneo de Balerion.Este era exhibido solo para la Familia Targaryen, y usualmente se venía a pedir bendiciones u otras cosas y le prendían velas al mítico dragón. Sinceramente se había convertido en uno de mis lugares favoritos para estar, ya que era un lugar tranquilo donde podía estar con mis propios pensamientos y admirar el cráneo de un dragón real.Algo que en mi antiguo mundo solo era una fantasía, aquí era real y demostraba que la 'magia' existía.—Algún día...— Murmuré para mi mismo con convicción.Llegaría el día que tendría mi propio dragón pero eso no sería ahora mismo, ahora debía planear mi próximo paso para asegurarme futuras alianzas y amistades que me ayudarían a lo largo de mi camino... y sobre todo a la supervivencia de mi familia.━━━━━━━━🐉━━━━━━━━Ser Barristan SelmyA lo largo de su vida, Ser Barristan Selmy había conocido a muchos 'Sangre de Dragón' pertenecientes a la Casa Targaryen.Cuando sólo tenía diez días del nombre, usó una armadura y se presentó cómo un caballero misteriosos en un torneo en Refugio Negro. El Príncipe Duncan Targaryen se apiadó de él mientras otros se reían, y se batió en una justa con él cuando nadie más lo hizo. Había sido el Príncipe Duncan que le dio el apodo de Barristan el Bravo.Fue armado caballero a los dieciséis días del nombre por el Rey Aegon V trans derrotar al Príncipe Duncan Targaryen y al Lord Comandante Duncan el Alto de la Guardia Real en un torneo en King's Landing. Destacándose en numerosas batallas y torneos; entre otros, mató a Maelys el Monstruoso, el último pretendiente de los Blackfyre, durante la Guerra de los Reyes Nuevepeniques, terminando con la línea de los Blackfyre y sus aspiraciones al Trono de Hierro.Fue nombrado miembro de la Guardia Real a la edad de veintitrés días del nombre, e hizo su juramento ante Ser Gerold Hightower, bajo el reinado de Jaehaerys II Targaryen. Al unirse a la Guardia, renunció a las tierras y títulos de su familia y su prometida se casó con su primo.Poco tiempo después de la muerte del Rey Jaehaerys II y la ascensión del Rey Aerys II. Cómo Guardia Real, había sido asignado a cuidar y proteger al Príncipe Heredero Rhaegar Targaryen. Lo había estado observando todo el tiempo en sus cuidados, desde que creció comenzó a leer obsesivamente, hasta el punto que se hacían bromas sobre sus hábitos. Era un buen niño pero siempre estaba solo, rara vez reía e incluso tan joven como lo era, se veía melancólico.Una evaluación temprana de su carácter, lo hacía creer que llegaría a ser un rey similar al Rey Daeron II, quien era visto como sabio, justo y de buen corazón. A diferencia de otros niños de su edad, el Príncipe Rhaegar no parecía interesado en actividades caballerescas, sino que se contentaba con leer sus libros y pergaminos.Cinco años después del nacimiento de Rhaegar y la Tragedia de Summerhall, y un aborto espontáneo de la Reina Rhaella. Esta había dado a luz al segundo príncipe del Trono de Hierro, nombrado cómo Príncipe Daeron Targaryen y Barristan se aseguraba a si mismo de que ambos príncipes eran raros a sus maneras.Pero mientras crecía y finalmente ocho años después de su nacimiento, se dio cuenta que Daeron era mucho más de lo que Rhaegar había demostrado en un principio. A diferencia de su hermano mayor, quien era distante y melancólico. Daeron era todo lo contrario, un niño curioso, hablador y siempre con ganas de aprender de otros. En sus estudios se decía por parte de los Maestres que era un autentico genio y en el arte de la espada, Barristan nunca había visto a un niño tan fuerte en su vida y tan lleno de energía.Todo lo que se le enseñaba lo absorbía con bastante facilidad.También había notado que el pasar de los años le había dado una tranquilidad inusual en un niño, y ahora podía detenerse y hablar con cualquier persona cómo un viejo amigo. Daeron demostraba su inteligencia hablando de temas que niños de su edad considerarían aburridos y sobre todo, tenía el carisma atrayente que hacía a las personas querer estar a su lado.Los cortesanos y sirvientes del castillo decían que el Joven Daeron se parecía a su homologo de los retratos, el Rey Daeron I el Joven Dragón, aquel que había conquistado Dorne sin Dragones.Por un lado eso era bueno, ya que se notaba que sería un guerrero habilidoso y un comandante capaz, así cómo una posible buena Mano del Rey para su hermano mayor. Pero a Barristan le preocupaba la lejanía de los hermanos, nunca los había visto juntos y no practicaban sus espadas juntos como se decía que habían hecho otros príncipes.Barristan era consciente de lo que los hombres pueden hacer por codicia y poder. No sería una sorpresa si quisiera enfrentar a los hermanos en si para obtener más poder en una Segunda Danza de los Dragones.Afortunadamente el carismático príncipe era diferente a su hermano mayor, no parecía interesado en nada más que la seguridad de su familia y el esfuerzo detrás de su ganas de aprender era cuidar de su madre, hermana y hermanos menores.Aun así, Barristan temía de lo que podía pasar si el primer y segundo hijo se enfrentaban en sí... sabía que los reinos sangrarían y esperaba de todo corazón que con el paso del tiempo se volvieran más cercanos el uno al otro para que eso no suceda. —Bien hecho, mi príncipe. Sigue así— Escucho decir al Maestro de Armas, Ser Willem Darry.Barristan miró, casi hipnotizado, los movimientos agiles del Príncipe Daeron. Se movía con gracia y agilidad a través de los obstáculos mientras golpeaba con fuerza y precisión con su espada de entrenamiento.Era un espectáculo digno de ver, tanto así que soldados y caballeros de la Fortaleza Roja, así cómo sirvientes se quedaban parados mirando en silencio los movimientos del Príncipe. Era ver al Guerrero Reencarnado, se decía que podía ser más hábil que legendarios caballeros cómo lo fueron; Aemon el Caballero Dragon o Daemon el Dragon Negro, se rumoreaba que podía llegar a ser el mejor caballero de su generación.No sabía cuan cierto podía llegar a ser esto pero Barristan quería estar presente cuando se mostrará ese hecho.━━━━━━━━🐉━━━━━━━━Daeron IVNo pude evitar suspirar.Una parte de mi se encontraba feliz luego de que Ser Barristan Selmy, había sido sacado de la protección de Rhaegar y puesto a cuidarme a mi, así cómo convertirme en su escudero donde podría enseñarme mucho más de lo que lo hacía en este momento.Aerys, era un imbécil... simple y llanamente, y sabía que el acto de hoy había agigantado la brecha que había entre Rhaegar y yo.No solo me proclamo en voz alta que me convertiría en el mejor caballero de la historia de la Casa Targaryen, sino junto a sus aduladores habían menospreciado a Rhaegar de trece años tanto que pude sentir su mirada en mi.Realmente no había intentado acercarme a Rhaegar, así cómo el no había intentado hacer lo mismo conmigo desde que había nacido. Hubo un momento cuando era un niño pero a medida que iban pasando los años, se volvía cada vez más melancólico y distante con todos, incluso con mi madre, hasta el punto que ahora era casi por obligación que la visita a ella o a nuestros hermanos menores.Aun así, no podía hacerme el inocente... sinceramente, no puse mucho intentar acercarme a Rhaegar. No podía culpar al niño por las acciones que tomaría en el futuro pero tampoco podía olvidar exactamente todo lo malo que haría en el futuro, iniciando una guerra y destruyendo una dinastía que gobernó por casi trecientos años.Sin contar... el hecho que fue su culpa las horribles muertes de su familia.Quizá era injusto pero soy un ser humano normal, guiado por convicciones y hechos. Tal vez, si Rhaegar hubiera decidido acercarse e interpretar su papel de hermano mayor con interés, quizá ahora mismo tuviéramos una relación mejor. Pero desde siempre ha tenido sus miradas en los libros y su aura melancólica que con honestidad me irritaba mucho, ese hecho no había sido capaz de ponerme de su lado.La realidad es que no puedes ayudar a alguien que no quiere ser ayudado.Y era por esa razón que me estaba preparando para lo peor, y eso era la resultante Rebelión de Robert o en el peor de los casos, una Segunda Danza de Dragones. Era consciente de que podía llegar a esto último con dos pretendientes que mostraban ser más actos que el mismo rey, y eso solo incrementaría con el paso del tiempo y la locura de Aerys.Les estaba dando una segunda opción a los señores del reino, y sabía que esto era un juego de intrigas y serían capaz de vender a su alma por obtener más poder para sus casas. Así funcionaba Westeros pero no quería llegar a ser un Usurpador y mucho menos un traidor a mi propia casa para sentarme en el Trono de Hierro... sinceramente, eso no me importaba demasiado.Sería feliz con un pequeño feudo poderoso, capaz de proteger a toda mi familia pero sabía que no todo sería tan fácil y si realmente quería proteger a mi familia, sobre todo a mi madre y hermana, quienes se habían convertido en luces en mi nueva vida... debía ser mucho más de lo que simplemente deseo.—Ser Barristan, me encuentro con ganas de practicar un poco con la espada. ¿Crees que podríamos dirigirnos al campo de entrenamiento?— Pregunté con tranquilidad.A pesar de mi inquietud por la situación rondando a mi alrededor y al de Rhaegar. Vivir en un lugar cómo King's Landing, me había permitido aprender a enmascarar mis pensamientos y gestos del rostro en una mascara de tranquilidad y serenidad, tanto que esperaba que nadie pudiera ser consciente mis emociones o ver algún flaqueo de mi parte.—¿No tiene lecciones con Pycelle, mi príncipe?— Cuestionó Barristan con duda en su voz.—Iré a mis lecciones luego de un pequeño entrenamiento— Contesté, recibiendo un asentimiento silencioso del Guardia Real.Las lecciones con Pycelle, aunque útiles, eran más que un repaso y una vista 'realista' de las guerras, señores, casas y otras cuestiones que había leído en mi vida anterior sobre el libro de George, esto siendo a su vez ayudado mucho más por la Wiki que daba mucha más información ordenada.Por esa razón sentía que podía perderme algunas lecciones por parte de Pycelle por el momento.—Cómo desee, mi príncipe— Respondió Barristan con calma.Pase gran parte de la tarde entrenando bajo la supervisión de Ser Barristan y a su vez, Ser Willem Darry una vez que se enteró que estaba en el campo de entrenamiento. Quería desestresarme de todas las cosas, y a falta de la tecnología necesaria para despejar la mente, el entrenamiento con la espada había sido lo más cercano al entretenimiento, además de los libros, claro está.Y realmente me gustaba la lectura, había sido una especie de pasión en mi vida anterior y disfrute de libros de romance trágico, fantasía y ciencia ficción. De hecho tenía planes para reescribir algunos de esos famosos libros de mi vida anterior en este mundo y a su vez, adaptarlos para que sean más familiares para las personas... o al menos los nobles.La cosa era que no me quería convertir en Rhaegar y pasar todo mi tiempo entre libros. Siempre tenía en mente mantener mi cuerpo cuidado así cómo mi mente, buscar un equilibrio para no perder el enfoque en ninguno de los dos lados. La Hierba de Corazón ya era de mucha ayuda y lo seguiría siendo a lo largo de mi crecimiento, notando cómo día a día mejoraba más y más.A veces sentía que era un poco injusto con los otros pequeños escuderos o pajes que había en la corte, y cómo ahora, eran obligados a entrenar conmigo. Pero no podía hacer nada para evitarlo, ya que eran pocas las ocasiones donde podía enfrentarme a Ser Willem y no podía rechazar abiertamente a pelear con otros niños, aunque se notaba a leguas que ya era mejor que todos ellos.—Detengamos aquí— Escuche decir a Ser Willem, mientras detenía mi espada en el aire. —Tómense un descanso— Ordenó.Suspiré mientras bajaba mi espada, y miré al otro niño. —Lo hiciste bien— Dije con una sonrisa amable.—G-Gracias, mi príncipe—Asentí, y me aleje para beber algo de agua. Con el pasar de los años uno pensaría que me acostumbraría a ser llamado príncipe en todo momento pero realmente no era algo que había pasado en este tiempo, aun así debía soportarlo y en algún momento llegaría a acostumbrarme al constante respeto que un titulo parecía tener.Me senté en silencio, y bebí algo de agua, Ser Barristan se encontraba parado al lado mío.—Ser Barristan, ¿Usted sabe que recorrido hizo mi bisabuelo, Aegon junto a Ser Duncan cuando era su escudero?— Pregunté con suavidad.Podía sentir la sorpresa de Ser Barristan por mi pregunta, y respondió. —Después del Torneo de Vado Ceniza, donde se convirtió en escudero de Ser Duncan. El Rey Aegon viajo a Dorne, Antigua y siguieron por el camino real donde terminaron en varios torneos a lo largo de su juventud——Mmm...— Cómo seguramente no fuera posible que sea tomado como pupilo en Casterly Rock, y mucho menos enviado allí cuando Tywin Lannister era Mano del Rey, lo que me convertiría seguramente en su Copero. Prefería otra opción, y esa era poder viajar a lo largo del Reino cómo lo había hecho Aegon V.Pero eso no quería decir que no quería ir a Casterly Rock, solo que debía anteponer otras cosas. Y con una viaje más libres podía ir a Dorne, Storm's End, Highgarden, Antigua, Starfall e incluso ir al lejano Winterfell, si cabía la posibilidad.—¿Acaso quiere tener aventuras como el Rey Aegon, mi príncipe?— Cuestionó Barristan curiosidad.—Me gustaría tener la posibilidad de viajar por el reino. Hay mucho que ver fuera de estos muros— Respondí con tranquilidad, y noté cómo Ser Barristan quería decir algo pero se contuvo. —Hablé con libertad, Ser——Usted es el tercero en la línea de sucesión, mi príncipe— Exclamó Barristan, y no pude evitar suspirar ante sus palabras. —No creo que sea posible realizar un viaje alrededor del reino——Quizá— Dije, y le di una sonrisa. —Pero no hay nada imposible para aquel que lo intenta—No se dijeron más palabras de eso y estaba seguro que Barristan dudaba de mis palabras, cómo nada más que la fantasía de un niño pero yo estaba seguro que podía lograr el permiso del rey... después de todo, parecía tener su favor.━━━━━━━━🐉━━━━━━━━El resto del día lo había pasado junto a mis hermanos menores y asegurándome el bienestar de mi madre, Rhaella. Una parte de mi, creía que Aerys no iría a visitar su cuarto luego de que ella le diera... bueno, a mi. Pero Aerys quería volver a hacer la Casa Targaryen tan fuerte cómo lo fue en el pasado y parece que la pomposidad de sus declaraciones, y a veces, falta de hechos en temas del reino, no se traslado a tener hijos.Aun así, podía ver a Rhaella con un brillo propio, ciertamente el disgusto por estar con Aerys seguía estando allí pero se compensaba con el simple hecho de tenernos a nosotros. Era una mujer cariñosa con sus hijos y se aseguraba del bienestar de todos nosotros, colmándonos de amor y mimos.Sabía que estaba entristecida por la clara distancia que se estaba formando entre Rhaegar y todos nosotros, y mucho más triste por la indiferencia que este parecía mostrarnos a sus hermanos menores. Había intentado unirnos más de una vez, incluso habló conmigo para que intentará acercarme a mi hermano pero Rhaegar no estaba realmente interesado en ser parte de la familia.No se podía hacer mucho con alguien que prefería su soledad, melancolía y libros polvorientos.Su actitud me molestaba por la forma indiferente en la que trataba a Shaena de solo cinco años, cuando solo quería algo de atención de su hermano mayor. Y era del mismo modo con Jaehaerys que solo tenía tres años, Gaemon era demasiado pequeño para importarle la ausencia de Rhaegar pero podía cambiar en el futuro.Y lo molesto de todo esto era que tenía solo trece años, ya me imaginaba cómo sería tener que lidiar con Rhaegar de mayor. Todos lo describían cómo el Príncipe Perfecto pero nadie hablaba de sus defectos, no me hace falta mucho imaginación para darme cuenta que solo puso una mascara que todos se creyeron y detrás de ella solo había otro príncipe el cual la moneda había caído del lado equivocado.Respire suavemente mientras caminaba por los pasillos, dejando ese molesto tema de lado por que no era ahora de malgastar mis pensamientos en Rhaegar. Realmente debía prepararme para la conversación que iba a tener con Aerys, el Rey para que me permitiera iniciar mi expectante viaje por el reino cómo yo quería.La idea era simple, usar el favor del rey y todo el tema de ser dragones en cuerpo humano. A su vez, utilizar las constantes alabanzas de Pycelle y cualquier otro maestro que tuve a lo largo de mi vida para asegurarme que era el mejor curso de acción a tomar, y a su vez viajar hasta la Ciudadela para 'aprender' y serle de utilidad en el futuro cercano.En el papel era una idea simple, y debía ver si era efectiva pero dependía mucho del humor en el que se encontraba Aerys, y esperaba que fuera bueno.Espere unos segundos que los guardias abrieran las puertas hacia la sala del trono, y mientras ingresaba y me dirigía hacia este, podía ver varios de los cráneos de dragones. Me gustaba el Trono de Hierro, lo veía como una monstruosidad de púas, bordes afilados y metal retorcido y oxidado... luego te preguntas como algunos reyes mueren de enfermedades.—Ah, Daeron, hijo mío— Me saludó Aerys con voz jovial y alegre. —Acércate— Ordenó con su rostro iluminado.—Padre— Saludé de forma dócil y educada mientras me acercaba.—Acércate, hijo mío. No temas al trono, fue hecho por las llamas del dragón más poderoso de la historia de nuestra familia— Comentó Aerys con pasión, y al acercarme, subiendo con cuidado no cortarme... lo último que quería era contraer una infección.Fui tomado por Aerys en sus brazos, y colocado en su regazo. —Esto es todo lo que veo todos los días que debo tratar con nuestros súbditos— Exclamó Aerys mientras me hacía mirar hacia el frente. —Quizá está pueda ser tu vista en el futuro— Agregó de forma seria.No pude evitar mirarlo sorprendido por sus palabras, y escuche el jadeo de los cortesanos presentes, incluso el fiel Barristan Selmy movió sus manos de forma nerviosa. Eso no era algo que un Rey debía decirle, al menos en este mundo, y sobre todo a su segundo hijo entre todas las personas... ya había en la historia de los Targaryen donde el Rey claramente favorecía a un hijo, bastardo, pero un hijo al fin y al cabo.Y terminó con muchas casas dividiendo el reino para apoyar a Daemon Blackfyre en su intento de usurpación a Daeron II en la Primera Rebelión Blackfyre.Por lo cual sus palabras no deberían haber sido dichas de forma tan ligera... ya podía sentir cómo los rumores se expandirían alrededor del reino.—No soy digno de tal honor— Dije de forma humilde.—Bah, eres mi hijo y un dragón. No habría nadie más digno, y quemaré aquel que diga lo contrarió— Respondió Aerys con seriedad y convicción.Realmente quería decirle que no debía decir esas cosas cuando tenía a un heredero sano cómo lo era Rhaegar. Pero supongo que la relación ya comenzaba a ponerse tensa con el heredero al trono.—Padre, tengo una petición— Dije, iba a iniciar la conversación para mi plan y a su vez, desviar la atención de las palabras dichas anteriormente.—¿Mmm? ¿Qué es lo que quieres pedir, hijo mío?— Cuestionó Aerys con curiosidad.—Quiero hacer un viaje por el reino— Declaré con determinación. —Visitar Harrenhal, Aguasdulces, Highgarden, Casterly Rock, Antigua, Storm's End y la Ciudadela——¿Por que quieres hacer este viaje?— Preguntó Aerys con una ceja levantada.—¡Quiero ser útil para mi rey!— Declaré con fuerza. —Si puedo viajar, puedo aprender de todo para ayudarte y convertir en tu mano— Agregó con determinación.—¿Y no puedes hacer todo eso aquí?——¡Soy un Dragón, a los Dragones no nos gusta estar encerrados!— Exclamé con seriedad, y con todo el fuego que mi alma pudo reunir para sonar convincente.Aerys se quedo en silencio mirándome, y no pude evitar sentir mi cuerpo temblar levemente por la anticipación de lo que podía ser su decisión. Finalmente recibí algo del Rey, y eso fue su estruendosa carcajada la cual no solo me desconcertó, sino también al resto de los presentes en la Sala del Trono.La risa del rey duro varios minutos, hasta que finalmente se calmo lo suficiente para mirar con una sonrisa y me acaricio el cabello.—Harás tu viaje, lo permitiré— Declaró Aerys con una sonrisa. —Se harán los preparativos necesarios una vez que tu madre allá dado a luz a tu nuevo hermano o hermana——Sí, padre— Asentí, de acuerdo con ese hecho ya que quería estar presente luego del parte de mi madre. —Gracias por dejarme realizar este viaje, padre——Cualquier cosa por ti, hijo. Y espero que no me decepciones y vuelvas fortalecido para darte un puesto en mi consejo—Asentí con una sonrisa, y finalmente me dejo en los escalones y procedí a retirarme de la sala del trono, seguido de Ser Barristan Selmy. Mientras caminábamos por los pasillos podía sentir su incomodidad, ciertamente las palabras de Aerys habían calado hondo en el Guardia Real y lo volvió inseguro de cómo procesar lo que escucho.—Parece que tendremos una aventura, Barry— Comenté, usando el 'apodo' cariñoso que le había puesto cuando era niño para intentar distraerlo.—Ha logrado su cometido, mi príncipe— Habló Barristan con suavidad.—Cómo dije, no hay nada imposible para aquel que lo intente— Respondí con suavidad, y le sonreí. —Se que las palabras de mi padre te han desconcertado pero no debes preocuparte por eso. Tengo un único glorioso propósito... y es el de proteger a mi familia— —Yo... lo entiendo, mi príncipe— Respondió Barristan con tranquilidad.Podía decir que seguía desconfiado por las palabras del rey, y lo que podía significar para el futuro del reino pero esperaba que el paso del tiempo a mi lado, lo haga reconsiderar su opinión sobre todo esto.No estaba buscando la corona, Aerys y Rhaegar la podía tener adornando sus cabezas. Lo único que quería era evitar los horribles acontecimiento que vendrían en los futuros años para la Casa Targaryen, y mi propósito era sobrevivir todo el tiempo posible, asegurándome que mi madre estuviera bien, así cómo mis hermanos y otras personas de buen corazón que tuvieron finales horribles.Era un glorioso propósito... el del salvaguardar a los inocentes.▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

¿Qué les pareció?.

Iba a subir este capítulo ayer, domingo. Pero no me convenció saltar tan rápido hacia Casterly Rock, así que decidí esperar unos capítulos más para construir el carácter del SI y los personajes a su alrededor.

¿Cómo les gustaría que sea el viaje de Daeron?.

Tengo dos opciones por las que pueden votar.

1 - Ir primero a las Tierras del Oeste y la trama respecto a Casterly Rock.

2 - Ir primero hacía las Tierras de los Ríos y a largar el viaje un poco más.

Tengo pensado poner un mapa, el cual se actualizará con el recorrido de Daeron.

Siento que me he repetido mucho con el tema de Rhaegar, y lo lamento si parece molesto. He intentaré corregirlo en los posteriores capítulos pero también esto es para centrar un poco las bases para el futuro.

Sin más que decir, gracias por el espacio <3

OrekiHoutarou1creators' thoughts
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