Rosina caminaba de un lado a otro dentro de su habitación. Estaba analizando lo que conocía sobre Draco y la Reina. «¿Qué más podría haber? ¡Me estoy entusiasmando!».
Rosina se estaba entusiasmando. Su vida había sido aburrida dentro del Palacio, lo que también podría hacerle olvidar sus problemas. Habían pasado dos días desde el incidente con Luigi. Los Centinelas ya habían informado al Monarca, pero aún no habían escuchado nada sobre el asunto.
En cuanto a Draco, había vuelto al Palacio, pero a Rosina también le intrigaba saber qué estaba haciendo allí.
Rosina se tumbó en la cama con un gran suspiro. Estaba a punto de quedarse dormida cuando un golpe resonó en su puerta, y Fina entró con una bandeja que contenía una carta.
—Señorita, he recibido una carta de la manada Medianoche —dijo Fina suavemente y se acercó a la cama de Rosina.
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