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Capitulo 10: Inframundo

Zhou Zishu miró fijamente la huella por un momento, luego giró el cadáver, desnudando la mitad superior del cuerpo; otra huella de mano estaba en su espalda, en la misma posición.

Wen Kexing suspiró: —¿Fue marcado, o el ataque atravesó su cuerpo?

Zhou Zishu respondió con indiferencia: —Nadie malgastaría su tiempo jugando con un muerto, el ataque pasó de un lado de su cuerpo al otro. Sólo puedo pensar en una persona de los últimos cincuenta años que sea capaz de hacer esto...

—"Son las palmas de Rakshasa* de Sun Ding", el Fantasma de Luto Encantado —continuó Wen Kexing.

Zhou Zishu lo miró sin responder, arrodillándose para buscar en el cuerpo de Mu Yunge cuidadosamente. Lo que encontró fueron algunos billetes y plata.

—Abandonó sigilosamente la propiedad Zhao a altas horas de la noche mientras llevaba consigo los gastos de viaje... Wen-xiong, esta ave nocturna no estaba aquí para tener intimidad, un delincuente sexual no necesita llevar tanto dinero con él.

—Probablemente tampoco necesite ropa extra para bañarse —Wen Kexing pateó una pequeña bolsa escondida en un arbusto. La bolsa también estaba hecha de tela negra y dentro había algo de ropa para cambiarse cuando uno estuviera fuera de casa.

La tierra del bosque estaba húmeda y suave con un mapa caótico de huellas sobre, pero no parecía haber evidencia de una pelea. Además de la marca de mano que había causado una muerte instantánea, no había otras heridas ni cicatrices en el cuerpo de Mu Yunge. Su famosa espada estaba junto a su cadera, aún envainada.

El kungfu de Mu Yunge estaba definitivamente por encima de la media, al menos no se defendería tan pobremente. Zhou Zishu guardó silencio, pensando: tal vez el espadachín digno y justo de Duan Jian y el Fantasma de Luto Encantado del Valle Fantasma concertaron un encuentro.

Un encuentro sangriento, que probablemente comenzó apasionado, pero después terminó en ira.

Todo indicaba que hubo tres personas presentes antes de que ellos llegaran; y aunque las huellas de Mu Yunge se detenían aquí, las otras dos iban en direcciones diferentes, lo que sugería que podrían no ser del mismo bando.

Sin duda, uno persiguió a Mu Yunge a este lugar, luego se sentó a examinar el cuerpo tal como lo estaba haciendo Zhou Zishu en este momento.

Zhou Zishu se puso de cuclillas en el suelo, la vieja costumbre de cuestionar todo bombardeó su cabeza nuevamente, provocándole un picor interno. Sintió la necesidad de seguir las huellas, pero su racionalidad le advirtió que sólo lo conducirían a más problemas.

Ya no era el poderoso líder omnisciente de Tian Chuang, no tenía sentido entrometerse en estos acontecimientos.

Wen Kexing observó de una manera terriblemente indecente la postura de su compañero al sentarse. Ya que parecía que le tomaría una eternidad pararse de nuevo, no pudo evitar preguntar: —¿No los perseguirás?

Zhou Zishu lo miró fijamente, aún librando una batalla interna.

Wen Kexing, después de pensarlo un poco, avanzó tras las huellas de la segunda persona y dijo: —Entonces yo lo haré.

Zhou Zishu lo siguió inconscientemente, hablando con sorpresa: —¿Realmente quieres involucrarte en algo que no es asunto tuyo?

La cara de Wen Kexing era seria: —Alguien mató al Lord de la secta Duan Jian y yo soy una persona caritativa que quiere reunir méritos. Entonces, ¿Por qué no? Estoy aburrido de todos modos.

Zhou Zishu sintió que la última oración era increíblemente razonable, por lo que asintió y volvió a preguntar: —Entonces, ¿Por qué no sigues a la primera persona? Sus huellas son muy ligeras, por lo que parecen ser las más fuertes entre las tres. Hipotéticamente hablando, si el tercero fue el último en venir aquí y era alguien del Monte Zhao, entonces la primera persona es definitivamente Sun Ding, el Fantasma de Luto Encantado.

Wen Kexing contestó completamente inexpresivo: —Puedes perseguirlo si quieres, podría ser una persona caritativa y entrometida, pero también valoro mi vida.

Zhou Zishu se quedó sin palabras por la honestidad del otro. Siguió a Wen Kexing de cerca y mirando el suelo debajo de ellos en un punto aleatorio, notó que Wen Kexing ni siquiera dejaba huellas.

Alguien que podía viajar sin dejar rastro realmente acababa de decir que le temía a un Fantasma y que le tenía miedo a la muerte.

Zhou Zishu, quien solía manejar e investigar todo tipo de materia en el palacio, decidió seguir su deseo de ver este caso. Dado que ya estaba cerca de la muerte haría lo que quisiera, ya no había nada en este mundo a lo que le temiera.

Los dos hábiles y valientes hombres corrieron por el bosque y encontraron a quién buscaban en la orilla del río: Yu Tianjie de Hua Shan.

Estaba colgado de un árbol con hilos de plata que parecían una telaraña; su cabeza casi se desprendía de sus hombros, apenas intacta por el suave viento que soplaba.

Una gota de sangre cayó al suelo, lo que llevó a Wen Kexing a retroceder para evitar mancharse. Luego empujó la cabeza de Yu Tianjie, separándola por completo del cuerpo; la primera parte todavía estaba colgada por los hilos, la última parte cayó al suelo con un ruido sordo.

Wen Kexing tocó el cuerpo por todos lados con la boca fruncida: —Todavía está tibio, murió hace poco.

—Seda de araña —Zhou Zishu miró hacia la cabeza de Yu Tianjie, deteniéndose en breve —Es la Seda de Araña del Fantasma Ahorcado.

Tai Hu estaba realmente destinado a vivir un suceso emocionante.

De repente, las orejas de Zhou Zishu captaron algo. Él gritó: —¿Quién está ahí?

Detrás del árbol, apareció una sombra que se alejó volando, parecía un murciélago gigante que desapareció casi al instante. Sin dudarlo, Zhou Zishu fue tras él.

Wen Kexing se quedó ahí, murmurando: —Tengo miedo de morir, miedo de morir... mn... Es por eso que no puedo quedarme aquí solo —Luego hizo lo mismo.

Zhou Zishu tomó una piña con los dedos torcidos y apuntó hacia el centro de la espalda de la persona, pero dado que siempre le faltaba fuerza después de la medianoche, y junto con el hecho de que había estado corriendo durante mucho tiempo, a pesar de que golpeó al objetivo, sólo lo hizo tropezar un poco y no caer como él esperaba. La persona de negro ni siquiera miró hacia atrás, sólo corrió más rápido.

Zhou Zishu tenía dudas sobre si éste era el verdadero Xue Fang el Fantasma Ahorcado.

Evidentemente no sería capaz de enfrentarse a este hombre, pero si realmente fuera uno de los Diez Grandes Fantasmas del Bosque Qingzhu, ¿Por qué correría después de ver a un don nadie como él?

Zhou Zishu pensó con asombro: —Yo tampoco soy un espejo mágico*...

Salieron del bosque en un tiempo relativamente corto. Detrás del bosque había un cementerio que se extendía por todas partes, con briznas de voluntad parpadeando por todo el lugar.

Parecía que el Fantasma Ahorcado había alcanzado su territorio, ya que su silueta se volvió más mística. Zhou Zishu no estaba seguro de si su mente le estaba jugando una mala pasada, pero le pareció escuchar a alguien reírse.

La risa se escuchó justo al lado de sus orejas por un segundo y luego muy lejos, haciendo que su cabello se pusiera de punta.

Luego, el Fantasma Ahorcado desapareció entre las briznas del aire.

Zhou Zishu dejó de caminar abruptamente.

Wen Kexing estaba a su lado, la luz verdosa se proyectaba sobre su hermoso rostro, dándole una mirada un poco más demoníaca. Algún tipo de animal soltó un aullido desde lejos; y una rata salió del subsuelo, mirándolos sin miedo.

Parecía haber devorado la carne de los muertos, ya que sus pequeños ojos eran de color rojo puro.

El Fantasma Ahorcado había desaparecido bajo un viejo árbol de algarroba con una lechuza posada en su rama. El animal inclinó la cabeza hacia los dos visitantes no invitados.

Zhou Zishu y Wen Kexing revisaron el árbol pero no encontraron más pistas. Zhou Zishu frunció el ceño: —Realmente nos hemos encontrado a un Fantasma...

Entonces oyó una risa espeluznante y se volvió hacia Wen Kexing con una piel de gallina que hizo erizar su piel. Su compañero señaló a la lechuza; resulta que el sonido era de este animal fantasmal.

La lechuza y Zhou Zishu tuvieron una competencia de miradas bastante larga antes de que la primera extendiera sus alas y se fuera volando sin previo aviso.

Wen Kexing dijo: —Hay algo que escuché cuando era pequeño: que sólo debemos temerle a las lechuzas cuando ríen porque habrá muerte cada vez que lo hagan. ¿Tienes miedo?

Zhou Zishu estaba examinando la lápida sin escritos debajo del árbol de algarroba. Respondió con indiferencia: —Ya hubo dos muertes.

Era probable que Wen Kexing se sintiera particularmente de humor, por lo que ignoró la respuesta y continuó con entusiasmo: —También escuché que un día, en este pequeño pueblo, había un aldeano que llevaba un cuenco con agua roja adentro. Una lechuza volcó el cuenco y ese año veinte personas perdieron la vida.

Zhou Zishu levantó la cabeza para mirarlo.

Wen Kexing bajó la voz a propósito:— Es verdad.

—¿Por qué ese aldeano llevaba un cuenco con agua roja? —Zhou Zishu preguntó confundido.

Wen Kexing se atragantó con sus palabras y se volvió para toser.

Una leve sonrisa apareció en la cara de Zhou Zishu. De repente, puso sus manos sobre la lápida y con un poco de fuerza aplicada, ésta se movió. Intentó con más fuerza empujarla hacia un lado y con un sonido aplastante, se reveló una entrada que conducía a un espacio oscuro con una profundidad desconocida.

Wen Kexing se apresuró a mirar más de cerca, dando vueltas y vueltas frente a la entrada. Hizo un chasquido con la lengua: —Se rumorea que el punto de conexión entre el yin y el yang lleva mucha energía yin, por lo que debe haber un árbol de algarroba muerto a su lado. ¿Sabías que se llama árbol yin o árbol fantasma?

Zhou Zishu tenía los brazos cruzados y la cara inexpresiva ante las historias de fantasmas del otro.

Las descripciones de Wen Kexin eran vívidas: —Debajo de la vieja algarroba habrá una lápida desconocida y debajo de ellos está el camino hacia el Inframundo de las leyendas. Durante la luna llena del séptimo mes*, las almas errantes se arrastrarán desde abajo para regresar al reino de los mortales. El camino hacia la Primavera Amarilla* es increíblemente frío y al final verás las puertas del Infierno. Una vez que hayas pasado eso, ya no verás a los vivos. Habrá flores de equinoccio* creciendo en el camino, luego llegarás al Puente de la Vulnerabilidad*... ¡Oye!

Zhou Zishu ya había saltado.

Wen Kexing miró atónito como la silueta del otro desaparecía a través de la entrada. Él le siguió y aterrizó con estabilidad, descubriendo que la tierra era muy firme. Levantó la vista para ver la fugaz sonrisa de Zhou Zishu y éste le preguntó:

—¿Wen-xiong también está interesado en ver el camino hacia al Inframundo?

Wen Kexing asintió, completamente serio: —Así la próxima vez que cuente mis historias, puedo agregar oficialmente que son reales.

Zhou Zishu sacudió la cabeza, aún sonriendo. De repente, Wen Kexing lo silenciócon un gesto, escuchando atentamente con el ceño fruncido: —¿Puedes oírlo? ¿Qué es ese sonido? —su voz bajó.

Zhou Zishu trató de distinguirlo cuidadosamente, su respuesta fue indecisa: —¿Es agua...?

En pocos segundos, Wen Kexing se iluminó y tomó la delantera sin olvidar mantener la voz baja: —¡Así que las leyendas son ciertas!

Delante de ellos había un camino largo y estrecho; tan apretado que dos hombres no podían caminar uno al lado del otro, sólo tras encoger los hombros y agacharse era algo manejable.

Zhou Zishu no disfrutó esta postura en absoluto, pensando que tal vez este camino no era el oficial, sino uno reservado para mujeres y niños.

No estaba claro hasta dónde habían llegado. La suciedad cayó sobre ambos, pero el final fue brillante y vasto, ya que los condujo a una gran cueva, con un pequeño río que fluía con origen y destino desconocidos.

Parecía haber viento dentro de esta cueva, pero tampoco estaba claro de dónde venía, un frío ensoñador vino a ellos desde todas las direcciones.

Incluso Wen Kexing cerró la boca en ese momento, ya no divagaba acerca de "cómo el camino hacia la Primavera Amarilla es increíblemente frío".

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1] Rakshasa es un demonio que existe en la mitología hindú y el budismo.

[2] 照妖镜 (zhàoyāojìng) se usa en sentido figurado para describir cosas / personas que pueden ver la verdadera naturaleza de las cosas y diferenciar el bien y el mal.

[3] El decimoquinto día del séptimo mes del calendario chino también se llama el Día del Fantasma. El séptimo mes se considera como el momento en que espíritus y fantasmas salen del Inframundo.

[4] Término chino para llamar al Inframundo.

[5] Las flores asociadas con la muerte. También se cree que crecen en el Infierno y guían a las almas a su próxima reencarnación.

[6] El puente que cada alma tiene que cruzar antes de reencarnarse.

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