—Maldición.
Sean Lawson fruncía el ceño agresivamente, su rostro se retorcía incontrolablemente. No había anticipado la escena que se estaba desarrollando ante él en la villa.
La villa entera estaba inquietantemente silenciosa, y no se veía ni una sola figura, al menos ninguna que pudiera considerarse humana. Todos se habían congregado en la plaza del pueblo, mordiéndose y desgarrándose salvajemente unos a otros.
—¡Ugh!
Algunos de los policías, al presenciar la escena, vomitaron en el acto.
Sean Lawson ladró:
—¿No habéis visto algo así antes?
—Esto es a pequeña escala, ¡nada por lo que perder el almuerzo! Enviad las órdenes inmediatamente, bloquead toda la villa, traed personal médico aquí lo antes posible. Todos en la villa están infectados con el Veneno de Cadáver, la situación es crítica.
Tras las órdenes de Sean Lawson, los policías se pusieron inmediatamente en acción.
—¡Rugido!
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