Hora de abofetear la cara de alguien (5)

La oferta de diez millones provocó un alboroto en toda la subasta.

En el escenario, Fu Chun finalmente miró a la persona que estaba hablando después de oír esa voz. Cuando miró... se quedó atónito.

—¿General Xiang?

—¿Qué hace él aquí? —Recordando las palabras de la Anciana Xue... ¿Así que el General Xiang es el prometido de Xue Xi?

El público de abajo estaba igualmente conmocionado. Ji Silin frunció el ceño también. Sus ojos habitualmente suaves estaban fríos. Extendió la mano para empujar sus gafas hacia arriba y levantó de nuevo su tarjeta. —12 millones.

—15 millones —dijo lentamente Xiang Huai.

Xue Sheng, que estaba sentado al lado de Xiang Huai, ya estaba atónito. No pudo evitar girar la cabeza y decir:

—Pequeño Xiang, no digas tonterías. ¡Si sigues gritando ofertas, realmente tendrás que pagarlas!

Xiang Huai rió entre dientes.

—No te preocupes, Tío.

Viendo que Ji Silin estaba a punto de levantar su tarjeta de nuevo, Fu Chun gritó:

—16 millones.