—Y podría entregarte mi primera vez —dijo ella luego con una pequeña sonrisa en su rostro.
—Jeje~ Y gracias a eso, podría tener una sirvienta pervertida toda para mí~~ —respondió Nux con una risita y Edda se sonrojó.
—Entonces, si no le eres leal al palacio, ¿por qué no les ayudas? Quiero decir, estoy seguro de que te deben haber ofrecido algunos beneficios antes de usar estos métodos, ¿verdad?
—Eso es cierto, y normalmente los habría ayudado, pero simplemente no tengo una buena impresión sobre su casa. Tengo este presentimiento extraño que me dice que no debo confiar en ellos y desde pequeña, siempre he confiado en este tipo de sentimientos... —respondió Edda.
—Hmm, entiendo —replicó Nux asintiendo continuamente, al mismo tiempo, un gran peso fue levantado de su cabeza.
—¿Entonces? ¿Qué hacemos con ellos? —preguntó Nux.
—¿Hmm? ¿Qué más, simplemente quememos sus cuerpos —murmuró Edda como si fuera lo más natural del mundo.
—¿Eh? ¿Qué hay de la dro- digo, el botín?
—¿Botín?
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