Edda Osburn

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Annice se sonrojó bajo sus halagos y sonrió. Este hombre frente a ella era realmente agradable a la vista, y no solo eso, también era educado y respetuoso con ella, a diferencia de todos los demás hombres ricos que la trataban como si nada.

Annice tenía una buena impresión de él.

Luego se sentó en la otra silla y preguntó,

—Señor Dio, ¿puedo saber cuál es su propósito al venir aquí?

—Verá, mi Compañía Mercantil Brando es nueva pero le puedo garantizar que los productos que tenemos son todos de alta calidad. La competencia a la que nos enfrentamos en la Dinastía de Woods es demasiada, así que decidí venir aquí y probar suerte creyendo que los productos de otro reino podrían venderse más rápido aquí y tener más demanda.

También quería vender mis productos al harén real y supe que la mejor manera de hacerlo es a través de la jefa de las criadas. Como no puedo contactar directamente a la jefa de las criadas, vine a usted.

Espero que pueda ayudarme con esto.