Gabriel recuperó el control de su cuerpo, solo para girar hacia Eileen. La vio inmóvil, como si aún no pudiera creer lo que acababa de suceder.
—Mataste a mi hermano... —murmuró mientras un año resbalaba por sus mejillas—. Por algo tan sin importancia... ¡Lo mataste!
Ella trataba a Gabriel como a un amigo, ¿y él le hizo esto...? ¿Por algo tan insignificante? Le quitó su último familiar, ¡dejándola también sin familia! La dejó completamente sola en este mundo sin siquiera pensarlo dos veces.
La pared de enredaderas que había usado para bloquear a su hermano comenzó a enloquecer.
—Yo- —
Gabriel extendió su mano, intentando decir algo, pero antes de que pudiera, una enredadera lo golpeó por la espalda, lanzándolo por los aires.
Su cuerpo voló a lo lejos, estrellándose contra la pared del castillo.
—¡Espera! —gritó, incorporándose. Abrió los ojos de par en par al despertar de sus sueños, dándose cuenta de que todavía estaba en su habitación.
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