Caballos (Parte 2)

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Al ver al oso corriendo ladera abajo para alcanzar al pobre y desesperado caballo, Kaizen supo que tenía que actuar para salvar la vida del animal y, en consecuencia, salvar su misión.

Sin dudarlo, Kaizen comenzó a correr mientras buscaba maneras de distraer o hacer huir al oso sin asustar al caballo, después de todo, si el caballo también se asustaba podría terminar cayéndose de la montaña directamente sobre las rocas que había justo debajo. De esta manera, Kaizen miró a su alrededor y encontró una roca del tamaño ideal para una honda.

Sin embargo, la idea de Kaizen no era exactamente usar una honda, sino su propia mano.

Así que Kaizen tomó la piedra con su mano derecha, midió su peso con su palma, la lanzó dos veces a la otra, tomó una respiración profunda y la lanzó como una pelota de béisbol, apuntando a la cabeza del oso.

El lanzamiento de Kaizen fue preciso. La piedra voló rápidamente por el aire e impactó en la cabeza del oso, causando un impacto considerable.