—¡Maldita sea! ¡Ishtar, pon más empeño! —Gungnir apretaba los dientes. La puerta ya estaba a medio sacar del círculo mágico, pero sus sellos se rompían antes de que siquiera pudieran acercarse a ella.
—¡Que te jodan, Gungnir! ¡Estoy haciendo mucho más que tú en este momento mientras todo lo que tienes que hacer es lanzar un maldito sello! —Ishtar estaba cabreada. Este bastardo seguía culpándola de ser débil, pero no sólo estaba protegiendo a toda la gente de la Ciudad del Destino, sino también a la Ciudad del Destino en sí, ¡y mantenía una conexión con el Dominio Astral para que pudiera mantener su isla a flote! ¡Y este bastardo que no tiene nada mejor que hacer que rascarse los huevos todos los días le está gritando!
—¡Entonces haz algo maldita sea! ¿Acaso no eres más poderosa que Ea? ¡Si esta puerta se abre, estamos todos jodidos! —Gungnir se estaba quedando sin energía divina; sería tan débil como Loki si las cosas no se resolvían pronto.
Loki no pudo aguantar más y gritó:
Apoya a tus autores y traductores favoritos en webnovel.com