En lo profundo del campo de entrenamiento de los cuarteles de la Ciudad de la Tormenta, Emma y SkyStars avanzaban rápidamente.
Sabían que el tiempo era esencial; cuanto más rápido se desplazaran, mayores serían sus posibilidades de mantenerse a salvo.
Lograron evitar a muchos de los guardias de Ciudad Tormenta, todos apresurándose hacia el exterior para defender la ciudad.
Justo cuando estaban a punto de alcanzar la entrada al último campo de entrenamiento especial, Emma se detuvo abruptamente.
Esta parada repentina tomó a SkyStars por sorpresa.
Para SkyStars, su situación parecía crítica, y era crucial entrar al campo de entrenamiento especial, que, según le había dicho Emma, podía asegurar su seguridad con su serie de espejos.
—¿Por qué te has detenido? ¿No decías que nuestra situación es extremadamente peligrosa? Deberíamos apresurarnos a entrar en el campo de entrenamiento especial —preguntó SkyStars con urgencia.
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