En un puesto avanzado en la periferia de las Montañas del Atardecer, dos guardias de Ciudad de la Tormenta conversaban acerca de los acontecimientos recientes.
—¿Has notado? Ha habido un repunte de aventureros de la Facción Oscura merodeando alrededor de nuestra estación. ¿Podría ser que estén tramando un ataque contra nosotros? —comentó un guardia, apoyado contra la pared del puesto avanzado.
El cansancio se estaba apoderando de ellos después de un día entero dedicado a vigilar atentamente el Reino Oscuro. Estaba charlando con un compañero guardia de Ciudad de la Tormenta que estaba a punto de relevarlo en su turno.
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