Tres días.
Habían pasado tres días desde que June descubrió que posiblemente moriría a fin de mes.
Finalmente tomó una decisión.
—A la mierda —murmuró, levantándose de su cama y preparándose para el día.
Se duchó y tomó un bocadillo antes de tomar las llaves de la furgoneta del escondite secreto de Jay. Pensó que era astuto al ocultarlas, pero los miembros siempre lo supieron.
June sabía que no debía romper las reglas, pero ahora que su tiempo era bastante limitado, decidió que quería hacer cosas que nunca había hecho antes.
Además, quería darles a sus miembros y a las personas que amaba un gran regalo, incluso si él ya no estaba más — el regalo de la comodidad y protección.
Con eso, decidió dar un paso extra para darle a EVE las mejores condiciones posibles.
Sabía que tenía mucho que perder, ¡pero estaba a punto de perder su vida! ¿Hay algo más que podría perder aparte de eso?
Con eso, June condujo a un lugar particular y familiar.
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