Una vez que regresaron a casa, Rain les explicó sus planes a todos. Esos dos grupos demostraron su valía, por lo que se podía confiar en ellos hasta cierto punto. Con eso en mente, se convertirían en el núcleo de la fuerza de combate que Rain quería formar, pero solo hasta el punto de que liderarían escuadras de diez miembros.
—Ya veo... un ejército de dos mil no es algo que se deba subestimar, aún más si son entrenados por ti —asintió Roan—. Aun así, creo que estás siendo demasiado cauteloso. Tener doscientas personas reportándote será bastante problemático.
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