El regalo de una esposa

Mientras Lily yacía en el suelo, iba perdiendo y recuperando la conciencia. Había resultado gravemente herida, recibiendo más golpes en la cabeza de los que debería durante su lucha.

Sabía que necesitaba replegarse, que su fuerza estaba menguando en la pelea, pero continuó a pesar de todo. Tenía una idea de lo que Reno estaba haciendo, por qué él y Kizer no avanzaban, así que quería ayudar al menos un poco.

Fueron estos pensamientos los que la mantuvieron luchando y continuando con la lanza incluso después del agotamiento.

Como la única sin un arma hecha por el Mago Oscuro, se sentía como el punto débil de todo el grupo. Tenía que admitirlo, así que quería al menos hacer algo por ellos, en lugar de simplemente estorbar o ser alguien de quien tuvieran que preocuparse.

El caso fue que duró incluso menos de lo que pensó contra Suzan, lo que finalmente la hizo sentir que no había hecho nada.

—Necesito hacer algo... necesito... algo... cualquier cosa.