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Jonathan primero se bañó y luego se acostó en la cama para descansar un poco.
Aún no son las nueve; puso una alarma para las once y media de la noche e irá a la reunión de Amanecer Mecánico cuando suene la alarma.
Caray, ¿cuándo terminarán estos días? Incluso el sueño tiene que ser arrebatado de las garras del tiempo.
Justo antes de quedarse dormido, Jonathan de repente recordó algo: los gusanos rojos que le dio Amanecer Mecánico todavía estaban bien conservados en el armario, aún en un estado latente congelado.
—Moss —llamó Jonathan.
—Por favor, ordene —dijo Moss.
—¿Sabes sobre los gusanos rojos? —dijo Jonathan—. Una criatura xenobiótica parasitaria cultivada artificialmente.
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