El capitán de la nave Aegis frunció el ceño en shock.
—¿Deberíamos ir a dónde?
—No me hagas repetirme. Las órdenes del Maestro Magnus son absolutas.
Vector transmitió las órdenes de Magnus al capitán y desapareció de la sala de control.
El capitán no era el único sorprendido. Amara también estaba presente, y ni ella podía dejar de preguntarse qué diablos estaba pensando su paragón.
—¿Crees que ese es el lugar donde se realizará su próximo entrenamiento?
El capitán movió la cabeza negativamente.
—No es nuestro lugar preguntar. Solo obedecemos órdenes.
—Pero-
—Amara,
El capitán la llamó, deteniéndola antes de que hiciera objeciones.
—Entiendo tus preocupaciones, pero que él haya dado esta orden debe significar que sabe lo que está haciendo. Además, mira al chico. ¿Realmente crees que no puede cuidarse solo?
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