—¿Cómo está el Rey? —preguntó Sebastián cuando vio a Lila salir tranquilamente de la Cámara del Rey.
La pelea de anoche había sido conocida por todos en este castillo y el cuerpo de Maximus había sido quemado, fue nombrado traidor y murió por desafiar la posición de alfa. Su compañera había sido informada y quería reunirse con el rey para saber qué había pasado exactamente.
Después de todo, su compañero había estado ausente durante un año por orden del rey, pero en el momento en que regresó, la primera noticia que recibió fue que Maximus había sido ejecutado por traición.
Ella merecía una explicación que estaba decidida a escuchar del propio rey, pero eso tendría que esperar, porque ahora había otra cosa importante de la que ocuparse.
—Todavía se está recuperando de sus heridas —respondió Lila.
—¡Es imposible! —gritó Kyle—. ¿Cómo es que las heridas no se curan después de una noche? No somos como tú —dijo con desdén mirando a Lila.
Ahí vamos otra vez.
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