Emmelyn sonrió cuando el príncipe le susurró al oído que había llegado el momento de que bailaran.
Recordó que en el último baile solo pudieron bailar en privado, en la terraza. Ahh... qué bien se siente bailar con él de nuevo, esta vez en público.
No es que no le gustara bailar con él lejos de otras personas. También era bueno y era solemne.
Sin embargo, esta noche, quería que esas 'tiburones' o damas que habían posado sus ojos en el príncipe heredero y querían arrebatarlo de su lado, vieran que Marte era suyo y solo suyo, aunque Marte no hubiera anunciado formalmente su relación.
Normalmente, a Emmelyn no le importaba cómo la viera la gente. Le gustaba pasar desapercibida.
No obstante, últimamente, las hormonas de su embarazo realmente la hacían sentirse fácilmente irritada e insegura. Necesitaba tener este momento, con él, ante los ojos del público para recuperar su sensación de seguridad.
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