—¿Qué clase de comida es esta? —gritó frustrado Lance desde su habitación, y esta vez, no lo culparon porque se sentían de la misma manera.
Arroz simple, algunas verduras, y apenas suficiente carne para satisfacerlos junto con vino de arroz fermentado.
Mientras Lance estaba ocupado quejándose y gritándole al pobre posadero para que le preparase mejor comida, las tres chicas que compartían habitación miraron la suya con interés.
Luciana olfateó su jarra de vino y puso cara de asco.
—Huele fuerte —dijo—. Deberíamos devolverlo.
—Es posible que nunca tengamos la oportunidad de probar algo así de nuevo —susurró Susan mientras comenzaba a servirse un poco.
—¿Alguna vez has probado vino de arroz? —preguntó Susan a Paulina, quien negó con la cabeza. Nunca había probado ningún tipo de vino antes.
—¡Las mujeres no deben beber cosas así! —regañó Luciana.
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