Alicia no sabía cuánto tiempo llevaba consciente allí. Probablemente solo había pasado una hora, pero se sentía como días. Era seguro decir que este era el peor momento de su vida.
Su cerebro aún estaba nublado, y no solo se sentía débil, sino que su garganta estaba reseca. Al ver cómo Paulina luchaba por respirar, podía adivinar que la chica lo estaba pasando incluso peor. Además, parecía que la habían golpeado seriamente.
Alicia no se molestó en preguntarle sobre eso por miedo a que recordara algo terrible y volviera a llorar. Tenía que salir de aquí primero antes de resolver eso. Pero cómo salir era el problema. No tenía idea de dónde estaba Harold. No tenía idea de dónde estaba nadie.
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