—¿Puedo pasar? —preguntó cuando ella no se movió para dejarlo entrar. Aurora estaba imaginando tonterías que se olvidó de sí misma frente a él.
—Ahh, sí —ella respondió, apartándose para que él entrara, luego Damien cerró la puerta tras de sí.
—¿Pudiste descansar? —preguntó, con la mirada recorriendo su cuerpo.
—No —ella respondió.
—Quiero que hablemos —empezó él y su corazón comenzó a latir rápido, sus pensamientos divagaban hacia lo que más temía, hablar de ser compañeros.
—Yo... está bien —tartamudeando, dijo, aferrándose a su vestido por el miedo.
—Somos compañeros —y ahí estaba, la realidad que había estado evitando. Él acababa de mencionar que eran compañeros, y en lugar de estar feliz de haber encontrado a su compañero como cualquier otra persona, ella estaba asustada, triste y preocupada.
Damien se dio cuenta de cómo ella no estaba sorprendida y frunció el ceño. ¿Ella sabía?!
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