Ella le había dicho que no le gustaban las sorpresas y, sin embargo, ahí estaba él, haciendo que su corazón se acelerara con su mera presencia. Su Xiaofei sabía que debería estar feliz si Lu Qingfeng estaba realmente aquí. Solo demostraría que sus suposiciones sobre él eran correctas y que había hecho bien al confiar en él.
Mientras tanto, Mo Yuchen no estaba nada contento de ver a Lu Qingfeng. Hacía tiempo que no veía a este joven, pero pensaba que Lu Qingfeng seguía siendo tan irritante como cuando era más joven.
Observando más de cerca a Lu Qingfeng, Mo Yuchen notó que el joven había perdido ya todas sus características infantiles y se había vuelto más impresionante a la vista. Lu Qingfeng había crecido hasta convertirse en un hombre fino y decente, con un fuerte porte, desbordante de confianza y firmeza. Ya estaba dando los pasos hacia el gran hombre en el que se convertiría.
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