Dorothy miró hacia atrás hacia donde había estado la barrera. La perturbación anterior no había sido suficiente para destruir la barrera, y aún estaba allí, tan magnífica como había sido.
Se dirigió lentamente hacia la barrera, confiada en que Rosalind no sería capaz de levantarse pronto. Caminó a través de la nieve lo más lentamente que pudo, conservando la escasa fuerza que le quedaba. Después de lo que pareció una eternidad, finalmente tocó la barrera y comenzó a absorber su esencia.
Sabía que una vez que su esencia se agotase, comenzaría a desmoronarse lentamente. En ese momento, a Dorothy no le importaba si la barrera se rompía. Todo lo que le importaba era hacerse más fuerte una vez más.
Una vez que eso sucediera, sería más fácil para ella dejar este lugar y regresar donde residían los demonios. Desde allí, podría lentamente crear su propio ejército y luego luchar contra el nuevo Emperador Demonio. Esta era la única manera de liberar a todos los humanos de este mundo.
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