—¿Estás aquí? —Rosalind se sorprendió al enterarse de que Lachlan Blaize y Josephine habían venido a visitarla. El terremoto había cesado hace apenas una hora, por lo que tenía genuina curiosidad sobre por qué estaban aquí en lugar de evaluar las consecuencias del terremoto.
—Josephine tiene algo que discutir —declaró prontamente Lachlan. Como siempre, no anduvo con rodeos y fue directo al punto. Pero Rosalind podía discernir fácilmente que parecía preocupado, en conflicto, quizás incluso un poco enojado.
—¿Sucedió algo? —Rosalind dirigió su mirada hacia la mujer sentada junto a Lachlan, quien la había estado mirando desde que entró. —Magda, por favor sírveles más refrescos —instruyó Rosalind, notando que la comida frente a los dos había desaparecido. Sabía que era Josephine, pero no se detuvo demasiado en ello, ya que la mujer parecía tener una inclinación por comer.
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