Cuando el coro alcanzaba su punto máximo, los Tomillos más pequeños saltaron todos juntos en una bola. Mientras se fusionaban, continuaron girando hasta que una rueda gigante cayó al suelo. —Bienvenidos al regreso de la rueda, por favor mantengan sus manos y pies dentro del carruaje en todo momento.
La propia rueda era similar a las instancias anteriores, pero ahora era al menos tres veces más grande y donde antes estaba al nivel de Thyme, ahora lo superaba en tamaño, a cada Thyme. Thyme saltó a la rueda y la hizo girar fuerte. Las formas en ella se volvían borrosas inclusive para alguien con una visión tan buena como la de Kat. —Entonces, ¿alguien tiene algo interesante de lo que hablar mientras esperamos? —preguntó Thyme.
Todos simplemente miraban la aparente incapacidad de Thyme para leer el ambiente. —No sean tan aburridos, vamos, tenemos un buen ¿qué...? —Thyme sacó de la nada un enorme reloj de sol y lo puso frente a él.
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