No tenemos suficiente dinero

Yin Fu sentía que todos sus sueños se habían hecho añicos, miró a Mo Qiang con la expresión de un pez que mira a alguien abriendo y cerrando la boca. Se quedó viendo a Mo Qiang durante mucho tiempo mientras un montón de pensamientos iban y venían por su cabeza uno tras otro, ¿debería atarla? ¿Debería usar el neutralizador en ella?

Aunque a Yin Fu le habría encantado usar el neutralizador en Mo Qiang, no tenía ninguna gracia si ella no le daba unos cuantos azotes en el trasero. Además, como alguien que adoraba demasiado a su esposa, no soportaría neutralizarla.

Y si su suegro descubría que lo hacía por las malas, entonces lo encerraría en su habitación por traumatizar a su hija.

La ira corría por sus venas, pero Yin Fu aún sonreía dulcemente a Mo Qiang y preguntaba —¿Por qué no? Prometiste que me llevarías a una cita si aprobaba mis exámenes de derecho y lo hice como pediste, así que me merezco una cita, ¿verdad?