—Estás celoso? —Tan pronto como salió de la cocina escuchó a Mo Qiang hablarle a Xiao Jiao, cuyas mejillas estaban infladas de molestia. La pequeña ardilla rodó los ojos, ¿quiénes celosos? Ella detuvo a ese tritón para asegurarse de que su anfitriona no cayera en una trampa traicionera. ¡Ese tritón era demasiado astuto y se ocultaba profundamente, si ella no protegía a su anfitriona entonces Mo Qiang terminaría perdiendo su virtud por unas monedas de piedad!
¿No fue Yin Fu el que golpeó a Mo Qiang? ¿Cómo iba a permitir ella que ese tritón se revolcase en las sábanas tan fácilmente? Necesitaba hacer que ese tritón sufriera, llorara y casi sollozara antes de ceder. Sólo entonces ese tritón sabría que su anfitriona no era alguien sin respaldo!
¿Quieres dormir con su anfitriona? Bien. Pero antes de eso, ¡aclara el interés que quedó atrás!
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