Entrando a las mazmorras

—¡Todos, asegúrense de estar a salvo! ¡No intenten enfrentarse a bestias de tercer grado y traten de mantenerse concentrados! En caso de que se sientan...

Mo Qiang miró a Mo Yan, que estaba dando una instrucción tras otra, y estaba ligeramente irritada mientras miraba al frente. Como paciente, esperaba que la trataran con amabilidad y cuidado, pero lo siguiente que supo fue que la arrastraron a una tierra fría y abandonada donde la entrada de las mazmorras se había abierto hace unos días.

Su madre, que pensó que era bastante vergonzoso que a ella la asesinaran con un simple porridge, le entregó un escudo y un machete equipado con un lanzallamas y le dijo muy emocionada que la iba a llevar de caza al bosque.

¡Y para empeorar las cosas, lo que tenía que cazar era un pollo híbrido! ¡Uno que tenía tres largos cuernos en su cabeza seguido de un pico que podía romper piedra y para colmo este pollo era tan grande como un perro adulto y podía volar a ciertas alturas!