—Señor, Madonna está aquí —anunció Harry tocando suavemente la puerta para saber si estaba listo para recibir a su visita.
Sebastián se giró antes de asentir, su mirada seria y neutral, haciendo que el hombre asintiera y se fuera antes de permitir que Madonna entrara en la habitación.
La bruja miró alrededor de la oficina, llevando consigo un aura de calma pero también de poder.
Sebastián no se giró inmediatamente.
—¿Qué es lo que el príncipe quería preguntarme? —preguntó Madonna.
Sebastián seguía observando a los guardias que entrenaban en el campo detrás del edificio de su oficina.
Con un profundo suspiro, se giró y asintió hacia ella.
—Siempre directo al grano —comentó Sebastián antes de indicarle que se sentara.
—Quiero hacerte algunas preguntas, y espero que puedas ayudarnos —dijo Sebastián antes de sacar un archivo de su cajón y mostrárselo a ella.
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